Atrapado en el tiempo. El último escalón de los Bucks. Por Óscar Villares.

Atrapado en el tiempo. El último escalón de los Bucks. Por Óscar Villares.

Por Óscar Villares. @0308oscar ATRAPADO EN EL TIEMPO EL ÚLTIMO ESCALÓN DE LOS BUCKS Con el traspaso de Kareem Abdul-Jabbar a Los Angel

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Por Óscar Villares.
@0308oscar
ATRAPADO EN EL TIEMPO

EL ÚLTIMO ESCALÓN DE LOS BUCKS

Con el traspaso de Kareem Abdul-Jabbar a Los Angeles Lakers se cerraba un ciclo en la joven franquicia de los Bucks. Con menos de una década de existencia habían jugado dos finales y ganado un campeonato de la mano de su joven estrella.

Milwaukee iniciaba una reconstrucción que desembocaría en la génesis de un equipo que durante la década de los 80 sería una de las franquicias más consistentes. Se quedaron a un escalón de luchar por el título, cayendo ante poderosos equipos como Sixers y Celtics, pero dejarían un poso en el aficionado en general de la NBA, justo en el momento en el que la liga se expandía por todo el mundo.

En el período de transición de la era post Kareem hubo luces y sombras, jugadores que serían la base del equipo en la primera mitad de la década de los 80, y otros grandes jugadores que por diferentes motivos no triunfaron.

Con el traspaso de Kareem, los Bucks recibieron tres piezas que tendrían una buena trayectoria con la franquicia, ofreciendo un buen rendimiento, Brian Winters, Dave Meyers y Junior Bridgeman.

Winters era un escolta caracterizado por ser un gran tirador, eficiente además de poseer una mecánica de tiro muy estética. Tenía buen manejo de balón, pero su punto débil era la defensa. Fue uno de los líderes del equipo en los primeros años de la era post Kareem. Titular indiscutible durante sus cinco primeros años en la franquicia, tuvo que aprender a aceptar un rol de sexto hombre debido a la pujanza de Sidney Moncrief, pero siempre encontró la manera de ser un jugador importante. Terminaba muchos partidos sobre la cancha en los finales apretados.

“Brian era un jugador que tenía una gran templanza en los minutos finales, raramente perdía balones y transmitía serenidad”

MARQUES JOHNSON

Fue elegido en el primer equipo de novatos, y seleccionado para el All Star Game en dos ocasiones. Terminó su carrera con un porcentaje superior al 36% de efectividad en el triple , un acierto considerablemente alto para el escaso uso de esa modalidad por entonces.

Otro de los nombres que dejaría huella en la franquicia, sería el de Junior Bridgeman, el sexto hombre por excelencia de aquel equipo. De los 711 partidos en los que Bridgeman vistió la camiseta de los Bucks, apenas lo haría como titular en un centenar de veces.

“La función de un sexto hombre es la de entrar en un partido y tener un impacto inmediato en él. Junior podía entrar en un partido igualado y anotar en frío tres o cuatro canastas seguidas rompiendo esa igualdad.”

DON NELSON

Su principal misión era la de anotar. Era su mayor talento. Durante toda su trayectoria en los Bucks jamás superó los 30 minutos por partido pero tampoco jugó menos de 20. Excepto su año rookie, tuvo una tremenda regularidad y sus promedios anotadores oscilaron entre los 12.5 ppg y los 17.6 ppg.

Su producción anotadora por minuto era bastante alta dadas las circunstancias. Bridgeman perteneció a esa estirpe de jugadores que empezaron a proliferar en aquella época, la figura del sexto hombre, que aunque no era nueva, fue a finales de los 70 y principios de los 80 cuando se empezó a consolidar. Su nombre se relaciona con los Bobby Jones, Michael Cooper o Kevin McHale.

Aunque posteriormente jugaría en los Clippers es imposible no relacionar su nombre con la franquicia de los Bucks.

Dave Meyers fue otra de las piezas de las que Milwaukee sacó provecho en el trade con Los Angeles Lakers por Kareem. Meyers si bien no fue parte del equipo de la década de los 80 (excepto la temporada 79-80), dejó una profunda huella en la franquicia, por su tenacidad, honestidad y su trabajo duro.

Acostumbrado a saborear las mieles del éxito tras jugar para John Wooden en UCLA, extrajo las enseñanzas de éste para aplicarlas en su trayectoria profesional. No estaba dotado de un gran talento ofensivo, pero lo superaba con creces con su enorme entrega. Sorprendió a todo el mundo de la NBA cuando decidió retirarse tras tan sólo 5 temporadas en la liga, cuando aún su mejor época estaba por llegar.

“Fue un golpe muy duro, me sentí muy triste por la noticia. Estoy convencido que fue la pieza que nos faltó para conquistar el campeonato”

BOB LANIER

Dave Meyers desempeñó un papel crucial en la transición para que los Bucks formaran un equipo competitivo.

En el mega traspaso de Kareem Abdul-Jabbar, los Bucks también recibieron a un prometedor pívot como Elmore Smith, un jugador con presencia defensiva en el que había puestas muchas esperanzas. Elmore Smith, que todavía conserva el récord de más tapones colocados en un partido de la NBA (desde que esta estadística es oficial), fue traspasado a los Cavs la temporada siguiente de su llegada a Milwaukee. Tras una buena primera temporada, no aguantó el pulso con Swen Nater la temporada siguiente.

El propio Swen Nater, un jugador con una buena trayectoria en la ABA, y que había promediado un doble-doble en su única temporada en Milwaukee sería traspasado a Buffalo en una maniobra difícil de explicar.

A Milwaukee le correspondía el número 1 del draft del 77, y traspasó a Nater a cambio del pick número 3. Los Bucks eligieron a Kent Benson en el número 1, un jugador que nunca cumpliría las expectativas que levantó como jugador universitario, y en el número 3 a Marques Johnson, que se convertiría en la estrella de los Bucks de finales de los 70 y principios de los 80.

Milwaukee podría haber conservado a Swen Nater y haber elegido a Marques Johnson con el número 1. De esta manera perdieron a uno de los mejores reboteadores de su época y el único jugador en liderar la clasificación de rebotes en la ABA y en la NBA.

Otro de los jugadores que no cuajó en los Bucks fue su elección de segunda ronda del draft de 1976, Alex English.

El que fuera máximo anotador de todas las temporadas de la década de los 80, tuvo un duro año como rookie. En la posición de alero contaba con la competencia de un jugador en su madurez como Bob Dandridge, y un joven proyecto adquirido una año antes como Junior Bridgeman.

En estas condiciones los minutos de los que dispuso para demostrar su calidad fueron escasos. La salida de Bob Dandridge la temporada siguiente parecía abrir una puerta a la esperanza, una puerta que fue cerrada de golpe, cuando los Bucks eligieron a Marques Johnson.

English perdió el pulso con el rookie procedente de UCLA, que se convertiría en titular indiscutible y una de las nuevas sensaciones de la liga. Al finalizar la temporada 77-78, English fue traspasado a Indiana, donde disfrutó de más minutos. Un año y medio después entraba en un trade por George McGinnis, dirección a Denver, donde explotaría sus cualidades como anotador.

“En Milwaukee no era ni el 30% del jugador que me convertí en Denver”

ALEX ENGLISH

Las dos últimas piezas que sobrevivían del equipo que logró el título en el 71, John McGlocklin y Bob Dandridge, dejaron el equipo en 1976 y 1977 respectivamente. El primero tras anunciar su retirada y el segundo como agente libre rumbo a Washington. Uno de los puntos de inflexión que se produjo en la reconstrucción del equipo fue la contratación de Don Nelson, que sustituyó a Larry Costello.

Éste último fue cesado tras un mal comienzo de temporada (3-15) en la campaña 1976-77. Aunque Don Nelson mejoró sus números, no fue suficiente para que el equipo se clasificara para playoffs.

A pesar de este resultado, Milwaukee tenía bastante clara la apuesta por Don Nelson, cuyo baloncesto era más desinhibido y menos encorsetado que el de su colega Larry Costello. La transición de jugador a entrenador duró los dos meses que estuvo como asistente de Costello.

“Nelson asumía riesgos calculados. Iba contra todo lo establecido convencionalmente. Fue un innovador, de los primeros en sacar postes al perímetro para atraer a los jugadores interiores rivales hacia el exterior, y de esta manera crear espacios dentro de la zona. Flexibilidad lo solía llamar”

SIDNEY MONCRIEF

Nelson marcaría una época en la franquicia durante 11 temporadas y 884 partidos. “Chicos, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo”.

De esta manera se dirigía a sus jugadores durante su primera sesión como entrenador jefe de los Bucks. Nelson había rechazado el puesto de entrenador tres veces, pero ante la insistencia del propietario Jim Fitzgerald, terminó por ceder y aceptar el cargo.

Nelson dio forma a un equipo que había perdido a uno de los mejores jugadores de la historia y lo fue moldeando hasta convertirlo en uno de los equipos más consistentes de la década. En las últimas 8 temporadas de Nelson, el equipo se clasificó siempre para playoffs, incluyendo 7 temporadas consecutivas de 50 victorias en una dura conferencia este, en la que tendrían dos durísimos rivales como Philadelphia 76ers y Boston Celtics.

Para dar forma a aquel equipo que dejó un poso entre los aficionados ochenteros, los Bucks fueron sumando piezas vía draft, y alguna que otra vía trade. Aparte de Junior Bridgeman, Brian Winters y Dave Meyers, tres de los jugadores que formarían parte de la columna vertebral del equipo en la primera mitad de la década de los 80, Milwaukee incorporaría a su plantilla a Quin Buckner, en el número 7 del draft de 1976.

Buckner llegó en un período difícil, procedente de un exitoso paso por la universidad de Indiana: campeones en 1976, temporada perfecta (32-0). En sus comienzos en la franquicia ocupó una plaza en el quinteto titular como base, sin demasiada repercusión.

Don Nelson encontró su posición ideal, como base suplente (no exento de minutos de juego) castigando a los point guards rivales desde la defensa.

Junto a Sidney Moncrief fue el responsable de que los Bucks tuvieran uno de los mejores backcourts defensivos a principios de los 80. Su impacto en el equipo no se notaba hasta que su ausencia se encargaba de ponerlo de manifiesto.

“Al final de la temporada 79-80, Buckner se perdió 20 partidos al final de la temporada. El equipo casi se derrumbó durante el tiempo que estuvo lesionado.”

MARQUES JOHNSON

Quin Buckner tenía un físico exuberante del cual sacó partido defensivamente. Fue incluido 4 veces en alguno de los All Defensive Teams. Su participación fue clave para consolidar a los Bucks entre los mejores equipos de la liga.

En 1977 Milwaukee dispuso de hasta 3 elecciones en primera ronda del draft. Los picks uno, tres y once. No sacó todo el partido que se esperaba de ellas ya que Kent Benson en el número 1 y Ernie Grunfeld en el número 11, no rindieron como se esperaba de ellos. Sin embargo en la elección número 3, los Bucks seleccionarían a uno de sus pilares durante las 7 temporadas que jugó en Winsconsin, el alero Marques Johnson.

Johnson enseguida se convirtió en una de las principales referencias ofensivas del equipo. En su temporada rookie promedió un doble doble como alero y fue incluido en el mejor equipo de novatos. Su trayectoria en los Bucks se completaría con 3 inclusiones en los mejores equipos de la liga y cinco elecciones para jugar el All Star Game.

Marques Johnson demostró ser un jugador muy completo: capaz de anotar, rebotear y asistir. En defensa, a pesar de no ser considerado un especialista, cumplía sobradamente con sus obligaciones. Así hablaba su entrenador Don Nelson en referencia a una portada de Sports Illustrated en la que se mostraba la comparación de Marques Johnson con Julius Erving.

“Doc es Doc, pero Marques es un jugador más completo. Siempre le he pedido un poco más de lo que podía dar, no queríamos limitar sus habilidades a una o dos áreas del juego. Podría haber anotado tranquilamente 30 puntos por partido si no hubiera limitado sus minutos a 35 por noche cuando el resto de estrellas jugaban más de 40. Sacrificó el hecho de tener más brillantez en ataque, para poder defender con intensidad, de ahí esa reducción de minutos. Podría haberle pedido que jugara de base si lo hubiera necesitado, era así de versátil”

DON NELSON

Aunque las palabras de Nelson no dejan de ser ciertas, a Marques Johnson le faltó dar ese último paso para equipararse a los mejores jugadores de la historia. Quizás no ayudó el hecho de verse “distraído” con varias disputas contractuales con los Bucks.

Marques Johnson firmó un contrato de larga duración como rookie (algo habitual por aquellas fechas). Sus grandes prestaciones sobre la cancha hicieron que su contrato de 6 años enseguida se quedara “obsoleto”. Johnson quiso revisarlo en su tercer año, pero lo único que consiguió de los Bucks fue algunos bonus adicionales que no acabaron de satisfacer sus pretensiones económicas.

En 1981 llegó a plantarse y pedir el traspaso, pero los Bucks no se lo concedieron. Don Nelson estimaba mucho a su jugador y no había ninguna transacción que pudiera paliar la pérdida de un jugador tan valioso para él. Finalmente ambas partes llegaron a un acuerdo para una extensión de contrato hasta 1989.

Otra de las circunstancias que impidieron a Marques Johnson rendir al 100% de su potencial fue su problema con las drogas. El consumo de estas sustancias fue un mal endémico en la liga, y afectó a muchísimos jugadores mientras la NBA miraba hacia otro lado. Este hecho desencadenaría su salida del equipo en 1984.

En 1979 Milwaukee fijó sus ojos en Sidney Moncrief y lo seleccionó en el puesto número 5 del draft. Moncrief estuvo a punto de no llegar hasta ese número 5, en una decisión que hubiera cambiado la historia porque Jerry West, general manager de Los Angeles Lakers, tenía como preferencia al jugador de Arkansas sobre Earvin Magic Johnson.

Tras una discusión interna, los Lakers escogieron a Magic Johnson, y Moncrief fue elegido por Milwaukee. Fue un jugador crucial para entender el recorrido de los Bucks en la década de los 80. Don Nelson lo describía así en la ceremonia de la retirada de su número 4 por parte de la franquicia de Winsconsin:

“No se puede destacar una sólo faceta de Moncrief, es todo lo que hace. No es un minuto, sino todo lo que hace durante todos y cada uno de los 48 minutos. No es sólo una jugada, son todas y cada una de sus jugadas las que definen cómo era y como se comportaba sobre una cancha”.

Sidney Moncrief es considerado como uno de los mejores defensores exteriores de toda la historia. De hecho ganó los dos primeros trofeos otorgados al mejor jugador defensivo de la temporada, en 1983 y 1984. Desde que fue incluido en el quinteto titular, Moncrief fue AllStar cinco años consecutivos, incluido 4 veces en el primer equipo defensivo y una vez en el segundo, y cinco veces en los mejores quintetos de la liga (una vez en el primero y cuatro en el segundo).

Moncrief fue un jugador élite de la liga hasta que las lesiones acabaron con su carrera. Sus problemas con la rodilla venían desde sus días como jugador de Arkansas, pero hasta la temporada 1986-87 no se vio obligado a interrumpir la actividad por esta causa. Fue a principios de la temporada siguiente cuando decidió pasar por quirófano.

El exjugador de Arkansas era un verdadero estudioso de la defensa, fue de los primeros jugadores que hacía su scouting particular para frenar a los escoltas rivales. Incluso en uno de los números de Sports Illustrated hizo un pequeño resumen de cómo afrontar la defensa de Magic Johnson, George Gervin, Michael Jordan o Andrew Toney.

En ataque gracias a su velocidad y sus dotes atléticas lograba rebasar a sus defensores. Si penetraba y encontraba ayudas tenía un buena visión de juego para doblar el balón al compañero adecuado. Fue un jugador capaz de producir en diferentes áreas del juego. En las 10 temporadas que jugó en Milwaukee, el equipo alcanzó siempre los playoffs.

La temporada 79-80 marcaría el despegue de lo que sería una década de Milwaukee Bucks instalado entre los mejores equipos temporada tras temporada.

La plantilla de los Bucks era bastante completa en su línea exterior, con Quin Buckner, Sidney Moncrief, Brian Winters, Junior Bridgeman o  Marques Johnson. El juego interior era el punto débil del equipo, con un trabajador incansable como Dave Meyers, y unos limitados Kent Benson, Harvey Catchings y la testimonial aportación de Pat Cummings (a quien pudimos ver jugar en Zaragoza a finales de la temporada 89-90).

Para corregir esta situación los Bucks se movieron antes que finalizara el dead tradeline, e intercambiaron a Kent Benson y una primera ronda del draft por Bob Lanier, procedente de Detroit.

Los Bucks, que llevaban un récord de 29-27 antes del intercambio, ganaron 20 de los 26 últimos partidos de liga regular con Lanier en el quinteto titular. El pívot de 31 años estaba lejos del cenit de su carrera, pero seguía siendo un gran refuerzo y el equipo lo notó positivamente.

“Mi rol en Milwaukee es completamente diferente al que tenía en Detroit. Aquí tengo que ayudar principalmente en defensa, hacer una buena selección de tiro y pasar bien el balón. Soy más un facilitador que una referencia ofensiva. Mis minutos han bajado, pero el número de victorias ha aumentado”

BOB LANIER

Los Bucks ubicados en la conferencia Oeste quedaron exentos de jugar la primera ronda de playoffs al clasificarse como campeones de la Midwest Division. En semifinales de conferencia se vieron obligados disputar la serie con el factor cancha en contra. El rival sería uno de los favoritos al título, los vigentes campeones Seattle Supersonics.

El resultado fue una de las eliminatorias más apasionante de la historia. Los Bucks cayeron en 7 partidos. Seis de esos 7 partidos se decidieron por cinco puntos o menos (incluido dos de ellos con prórroga). Los problemas físicos de Dave Meyers y la baja de Junior Bridgeman cuando los Bucks estaban 3-2 arriba en la eliminatoria fueron factores que pudieron decidir la balanza de un lado u otro.

El factor suerte también hizo presencia en el primer partido de la eliminatoria cuando Dennis Johnson anotó un triple de 8 metros sobre la bocina para dar la victoria a los Sonics.

Aquel lanzamiento pudo cambiar el curso de la serie. Pasados los días la desilusión dio paso a la esperanza por el buen rendimiento del equipo, sobre todo por la actuación de Bob Lanier y el rookie Sidney Moncrief.

“Les tuvimos acorralados, pero les dejamos escapar”

DON NELSON

En la temporada 80-81 se produjo una circunstancia que condicionó la posible trayectoria de los Bucks en los 80.

Milwaukee fue transferido de la conferencia oeste a la conferencia este. Esto varió el equilibrio de poder de la liga en ese momento. El Este se convirtió en una conferencia mucho más dura, mientras que el oeste se debilitaba al perder un equipo emergente del potencial de los Bucks. Milwaukee tuvo que librar duras batallas en los playoffs con Sixers y Celtics.

Cuando con muchas dificultades lograban derrotar a uno de estos equipos, el otro esperaba en la ronda siguiente. El Oeste nunca tuvo esa exigencia durante los 80, quien sabe lo que podría haber pasado con los Bucks de haber permanecido en la Midwest Division.

El cambio de conferencia obedecía a una cuestión estrictamente geográfica, ya que tanto Bucks como Bulls se hallaban integrados en la conferencia Oeste y Spurs y Rockets en la conferencia este, algo carente de toda lógica.

Milwaukee recibió la inesperada noticia de la retirada de Dave Meyers con tan sólo 26 años por motivos personales. El jugador quería pasar más tiempo con su familia y llevar una vida más espiritual acorde a sus costumbres religiosas. La baja de Meyers fue cubierta por Mickey Johnson, un jugador de un perfil totalmente distinto. Johnson era un jugador mucho más liviano que Meyers, pero más versátil y talentoso ofensivamente.

Los Bucks reunieron una plantilla bastante compensada en todas las líneas. Hasta 8 jugadores jugaron más de 20 minutos por partido. Marques Johnson fue el jugador más utilizado con una media de 33.4 minutos por partido.

Sidney Moncrief se fue asentando como jugador importante en ambos lados de la cancha, Marques Johnson ejercía de líder y all around player, Brian Winters aportaba anotación desde la media y larga distancia, Junior Bridgeman contribuía con anotación desde el banquillo y Bob Lanier era la referencia interior.

Bien dirigidos por Don Nelson, los Bucks lograron un récord de 60 victorias y 22 derrotas, el tercer mejor récord de la liga y la conferencia Este.

En playoffs Milwaukee cruzaría armas con Philadelphia 76ers que se convertiría en su bestia negra durante esa década. La serie se resolvió en un apasionante duelo a 7 partidos. La eliminatoria deparó grandes duelos individuales, grandes duelos estratégicos y buen baloncesto. Tras seis partidos intensos y una exhibición de las dos grandes estrellas de cada equipo (Julius Erving y Marques Johnson) todo quedó a expensas de un séptimo partido.

Los Bucks cometieron errores en los últimos segundos que les costaron el partido y la eliminatoria. Con 97-95, los Sixers atraparon tres rebotes ofensivos en la misma jugada dentro del último minuto, que acabaron dos tiros libres convertidos de Caldwell Jones. Posteriormente Junior Bridgeman anotó un triple para colocar a un sólo punto a los Bucks, pero en los 9 segundos restantes fueron incapaces de cometer una falta y Philadelphia agotó el tiempo para sentenciar la serie.

“Probablemente ha sido la derrota más dura de mi carrera. ¿Por qué? Porque quizás no haya otra oportunidad, un mañana para un viejo de 32 años”

BOB LANIER

Tácticamente fue una delicia ver cómo Don Nelson resolvía una defensa a todo campo presionante de los Sixers, con Mickey Johnson ejerciendo la función de “point forward”  subiendo el balón.

Visto como habían transcurrido los acontecimientos en las dos últimas temporadas, Milwaukee apostó por la continuidad del proyecto. El núcleo principal del mismo se mantuvo intacto. Los únicos refuerzos reseñables de la plantilla fueron Scott May, un alero al que las lesiones le persiguieron durante toda su carrera, y Alton Lister, un pívot de 2’13 de perfil defensivo.

May fue cortado por Chicago dos días antes de comenzar la competición. Una lesión que impidió que Marques Johnson jugara en el primer mes de competición motivó la contratación de Scott May por un período de 10 días.

Los Bucks que habían repescado a Bob Dandridge (cortado por los Bullets) decidieron prescindir de sus servicios, y ofrecer un contrato hasta final de temporada a Scott May. De esta manera una leyenda de la franquicia como Dandridge dejaba el equipo y la práctica del baloncesto tras 11 partidos.

Alton Lister se asentaría en la franquicia como un jugador de rotación importante alternando la titularidad y el banquillo. En su primera etapa con los Bucks promediaría 8 puntos, 7 rebotes y casi 2 tapones en 22 minutos.

El comienzo de temporada fue ajetreado para la franquicia. A los problemas físicos de Marques Johnson, había que sumar la disputa contractual para aumentar su salario. Johnson pidió el traspaso y amenazó con no presentarse al training camp si no se llegaba a una solución para su problema. Tras varias tensiones en la negociación, Johnson firmó un nuevo contrato de $8M por ocho temporadas, cuadruplicando su anterior contrato.

Los Bucks tuvieron que lidiar con lesiones durante todo el año, lesiones que sin ser de una enorme gravedad, impidieron tener al completo la plantilla durante toda la temporada. Entre Winters, Marques y Bridgeman se perdieron 84 partidos. A pesar de estas dificultades el equipo se mostró sólido logrando 55 victorias.

Los Sixers por segundo año consecutivo se cruzarían en el camino de los Bucks. El primer partido se resolvió en un cara o cruz, en el que Robert Smith ( no confundir con el líder de The Cure), que sustituyó al eliminado Sidney Moncrief renunció a tirar un triple que necesitaban para empatar el partido, para pasar la pelota a Marques Johnson que estaba a 4 metros del aro.

Un nuevo error que les pudo costar la eliminatoria. Moncrief evitó con una canasta sobre la bocina que Philadelphia se adelantara 3-0. Los Sixers vencieron en el cuarto encuentro y afrontaban un partido en su cancha para cerrar la serie, pero un veterano y maltrecho Bob Lanier, que no estaba jugando como en él era habitual, rescató a su equipo evitando ser eliminados. Lanier anotó 27 puntos en su mejor actuación en los playoffs.

Los Bucks tenían la esperanza de empatar la serie en el Mecca Arena, pero Philadelphia no dio ninguna opción y se impuso en el sexto partido con autoridad (90-102). Ni Marques Johnson ni Sidney Moncrief, que tenía una tarea exigente en defensa tratando de frenar a Andrew Toney, estuvieron a su mejor nivel. Eso acabó por enterrar las posibilidades de los Bucks. Mickey Johnson que empezaba los partidos desde el banquillo fue el mejor jugador de los hombres de Don Nelson.

“En esta serie han demostrado tener más talento que nosotros”

SIDNEY MONCRIEF

En la búsqueda de dar más consistencia al equipo, Don Nelson y los Bucks hicieron una serie de movimientos con la esperanza de dar con la tecla que les permitiera pasar al siguiente nivel. Sin embargo las decisiones tomadas no fueron todo lo positivas que se esperaban para la franquicia. En Septiembre de 1982, los Bucks enviaban a Quin Buckner a los Celtics, a cambio de Dave Cowens.

En un movimiento difícil de explicar los Bucks se deshacían de su único base puro para adquirir a un jugador que llevaba retirado dos años. Para compensar este movimiento, Milwaukee se hizo con los servicios de Phil Ford a cambio de Mickey Johnson. En todos estos movimientos los Bucks se vieron perjudicados.

Mickey Johnson tenía desventaja física respecto a otros ala pivots, pero ofensivamente era un jugador muy capaz, un peligro para las defensas rivales. Dave Cowens que se veía capacitado para la exigencia de una competición como la NBA, pronto se dió de bruces con la realidad.

Cowens sólo pudo jugar 40 partidos durante la temporada, y por si fuera poco se lesionó en el último partido de la regular season, dejando huérfano el juego interior de los Bucks de cara a los playoffs. Para colmo de males, Bob Lanier solo pudo disputar 39 encuentros.

Phil Ford después una carrera perseguido por las lesiones no estaba capacitado para llevar las riendas de un equipo con las expectativas de los Bucks. Desprenderse de Quin Buckner y Mickey Johnson para obtener a Dave Cowens y Phil Ford no resultó un negocio rentable para los Bucks.

Sidney Moncrief y Brian Winters se vieron obligados a asumir la función de point guard eventualmente y Marques Johnson tuvo que jugar como ala pívot más minutos de los habituales.

Pero no todo fueron malas noticias. Los Bucks draftearon en primera ronda a uno de los jugadores a los que el público identifica cuando hablamos de los Bucks de los 80, Paul Pressey (padre de Phill Pressey, actual jugador del Movistar Estudiantes).

“Pensábamos que Paul sería un top 10, top 11 del draft. Para nosotros era el mejor defensor de su promoción. Teníamos una lista de jugadores que si se caían de las previsiones, nosotros estaríamos dispuestos a draftearlos, cuando Houston drafteó en el número 19 a Rob Williams, no dudé un momento, Paul Pressey era nuestro hombre”

DON NELSON

Pressey un jugador cuya posición era la de escolta o alero, fue reconvertido en base por Don Nelson a partir de la temporada 84-85, eso permitió liberar a Sidney Moncrief de la responsabilidad de dirigir al equipo, y centrarse en tareas más anotadoras.

Fueron 8 las temporadas que Paul Pressey permaneció en la franquicia de Winsconsin, durante ese periplo fue incluido en 3 ocasiones en el mejor equipo defensivo.

Para paliar las frecuentes ausencias de Bob Lanier y Dave Cowens, los Bucks hicieron un contrato de 10 días a Paul Mokeski, que había sido cortado por Cleveland. Ese contrato derivó en otro contrato hasta final de temporada. Y tras terminar dicho compromiso, permaneció en Milwaukee 6 temporadas más.

Mokeski un jugador rocoso con recursos muy limitados en ataque, se ganó el cariño de la afición de los Bucks por su entrega. En 1986 protagonizó un curioso récord, convirtiéndose en el único jugador de la historia en cometer seis faltas en un sólo cuarto en un partido de playoff.

Con Marques Johnson y Sidney Moncrief liderando el equipo, Milwaukee Bucks alcanzó las 51 victorias a pesar de los contratiempos. Inmersos en semifinales de conferencia el rival a batir serían los Celtics de Larry Bird.

En el primer partido los Bucks tomaron el Boston Garden con una victoria aplastante (95-116). Los Bucks volvieron a vencer en Boston en un partido más igualado (91-95). La baja de Larry Bird por un proceso gripal fue decisiva.

Ya en Milwaukee, los Bucks no dieron opciones y ganaron sus dos partidos como locales, por 8 y 14 puntos respectivamente. Era la primera vez en la historia que los Celtics eran barridos en una serie a 7 partidos. También sería la única ocasión en la que Larry Bird perdería una serie por 4-0.

“Nunca me había sentido tan avergonzado. Cuando nos pusieron contra la espada y la pared pensé que reaccionaríamos como los campeones que éramos, pero fuimos incapaces. Estoy avergonzado, es algo que no olvidaré el resto de mi vida”.

LARRY BIRD

Como si se tratara de un “deja vu“, Sixers y Bucks volvían a verse las caras en playoffs por tercer año consecutivo. En esta ocasión sería en finales de conferencia. Si en los dos años anteriores los Sixers habían sido inaccesibles para los Bucks, en esta ocasión no parecía ser más fácil, sino todo lo contrario. Los Sixers se habían reforzado con Moses Malone.

El primer partido fue muy apretado. Con empate a 104, una buena defensa de ayudas de los Sixers en la última posesión impidió que Marqués Johnson anotara. A falta de menos de un minuto otra vez Marques Johnson falló dos tiros libres para adelantar a su equipo, que empañaron la que había sido una buena actuación hasta ese momento (30 puntos). Los Sixers se impusieron 111-109.

Philadelphia volvería a repetir triunfo en el segundo encuentro en el que los Bucks fueron siempre a remolque (87-81). Un inspirado último cuarto de los Sixers les proporcionó la victoria en el tercer encuentro. Los Bucks estaban al borde de la eliminación. Los hombres de Don Nelson evitaron ser barridos y se impusieron en el cuarto encuentro en la actuación más coral del equipo en toda la eliminatoria, todos respondieron.

De vuelta a Philadelphia, Milwaukee esperaba un milagro para seguir vivo y alargar la serie, pero los pupilos de Billy Cunningham se mostraron inmisericordes con Julius Erving y Moses Malone como ejecutores. Los bajos porcentajes durante toda la serie de Sidney Moncrief y sobre todo de Brian Winters, fueron una losa muy grande para unos Bucks que nunca encontraron el antídoto para frenar a Andrew Toney o Moses Malone.

“Este es el mejor equipo que he visto en 10 años. No veo a ningún equipo de la conferencia oeste que pueda derrotarles. Creo que serán los próximos campeones de la NBA”

DON NELSON

La presión por conseguir mejores resultados iba aumentando año a año, tras comprobar cómo los Bucks hacían grandes temporadas en la liga regular pero siempre se quedaban a un paso de lograr algo grande en playoffs. El ciclo de aquel equipo se iba agotando y las posibilidades de lograr el título se reducían.

Jugadores como Bob Lanier estaban ante su canto del cisne particular. Dave Cowens era cortado y anunciaba su retirada y una de las leyendas de la franquicia, el escolta Brian Winters, también ponía punto final a su carrera profesional. Con las adquisiciones de Tony Archibald, Kevin Grevey y Mike Dunleavy, Milwaukee parecía un cementerio de elefantes, con un roster lleno de nombres ilustres que habían dejado atrás sus mejores tiempos.

Los Bucks eligieron en el draft del 83 a un jugador conocido por los aficionados que se iniciaron al baloncesto en aquella época, se trataba de Randy Breuer, un jugador de 2’20 , cuyo rol fue secundario pero muy apreciado por los seguidores de Milwaukee durante las 7 temporadas que jugó para la franquicia.

Tiny Archibald sólo pudo disputar 46 encuentros, por lo que la función de base tuvo que ser asumida eventualmente por Sidney Moncrief y Paul Pressey hasta que firmaron a Mike Dunleavy en el mes de marzo como refuerzo para los playoffs. Al mismo tiempo Marques Johnson se alternaba entre la posición de alero y ala pívot. Milwaukee ganaba su cuarto título de la Central Division de manera consecutiva y lograba un récord de 50 victorias y 32 derrotas.

En playoffs, los Bucks se deshicieron no sin dificultad de unos emergentes Atlanta Hawks. En el quinto y definitivo partido, Milwaukee se impuso su superioridad (118-89). La actuación de Marqués Johnson y Sidney Moncrief fue decisiva anotando entre ambos el 61% de sus lanzamientos.

En semifinales de conferencia todos los analistas esperaban que se repitiera el duelo entre los Bucks y los Sixers, pero sorprendentemente éstos fueron eliminados por los Nets. Milwaukee Bucks no dejó pasar la ocasión. Derrotó por 4-2 a New Jersey que opusieron más resistencia de lo previsto. Moncrief y Marques Johnson contrarrestaron la gran serie de Darryl Dawkins.

Los Bucks hicieron un gran trabajo defensivo impidiendo que los Nets corrieran, una de sus principales armas desde que Kevin Loughery se hiciera cargo del equipo. Por segundo año consecutivo los Bucks se clasificaban para la final de conferencia, donde esperaban los Celtics de Larry Bird.

“He estado ocho años dando forma a este equipo y sé lo duro que es estar en disposición de ganar”

DON NELSON

Tras los dos primeros partidos de la serie contra los Celtics, los Bucks se dieron un baño de realidad. Boston ganó por 23 y 15 puntos respectivamente.

“Estamos jugando duro, pero es como estar en arenas movedizas, cuanto mas nos movemos, más nos hundimos. A cada acción nuestra, ellos  responden con más contundencia”

BOB LANIER

Tras unas declaraciones de Nelson, en las que afirmaba que los Bucks tendrían que jugar por encima de sus posibilidades para derrotar a los Celtics, sus jugadores recogieron el guante y parecieron entender el mensaje. Al descanso del tercer partido Milwaukee ganaba por 63-50.

Pero los Celtics reaccionaron con una defensa extraordinaria para ganar los dos últimos parciales por 37-59. Con el 3-0 en la serie, nadie en Milwaukee confiaba en un milagro, ya no por lo contundente del marcador, sino por la sensación de superioridad que habían mostrado unos renovados Celtics, con la llegada al banquillo de K C. Jones y la adquisición de Dennis Johnson.

Los Bucks al menos salvaron en honor al vencer 122-113 en el cuarto partido. De vuelta en Boston, los Celtics pusieron fin a las pocas esperanzas de los hombres de Don Nelson, con un parcial de 28-17 en el segundo cuarto. Boston se impuso por 115-108 y Milwaukee se quedaba por segundo año consecutivo a un paso de la final.

Esta derrota traería consecuencias. La principal de ellas fue un traspaso en el que se verían involucrados 6 jugadores. La configuración de la plantilla cambió por completo ya que los Bucks se desprendían de su estandarte, Marques Johnson, que junto a Junior Bridgeman y Harvey Catchings fueron enviados a los Clippers que estrenaban sede en Los Angeles tras mudarse desde San Diego. Los Bucks recibirían a cambio a uno de los jugadores más prometedores de la liga, el ala pívot Terry Cummings, a un franco tirador como Craig Hodges y a Ricky Pierce.

Este traspaso se realizó por varias razones. Una de ellas fue el problema con el consumo de drogas que tenía Marques Johnson. El suyo no era un caso aislado, una gran parte de los jugadores de la época cayeron en las redes de la mayor lacra de la NBA en la década de los 80.

Otra de las razones fue renovar un equipo que había ido envejeciendo, y que nunca logró escalar hasta ese último escalón que representaban las finales de la NBA. Los Bucks recibieron a cambio a jugadores que tuvieron una importancia considerable en la reconstrucción de los Bucks. El más importante de ellos fue Terry Cummings.

De su larga trayectoria en la NBA, Cummings jugó sus mejores años defendiendo la camiseta de los Bucks. Tras tan sólo dos años en los Clippers, recaló en Milwaukee con la vitola de ser uno de los mejores ala pívots de la liga.

Desde el primer día que pisó el Mecca Arena, se convirtió en la principal referencia de los Bucks, como demuestran sus 23.6 puntos y 9.2 rebotes.

“Siempre he aprendido de la gente que era capaz de enseñarme. En San Diego sólo salía y jugaba a baloncesto. Cuando llegué a Milwaukee fue como ir todos los días a clase y aprender otra vez el juego”.

TERRY CUMMINGS

En sus cinco años, Cummings puso grandes números en Milwaukee, pero al igual que sus antecesores, no logró alcanzar una final NBA: grandes temporadas en la regular season con muchas victorias pero insuficiente para derrocar al mejor equipo de la conferencia este cada año. Cummings fue Rookie del año, 2 veces All Star y 2 veces All NBA. A finales de la década fue traspasado a San Antonio Spurs. En Texas sufrió una grave lesión que condicionó el resto de su carrera. Nunca sería el mismo.

Junto a Terry Cummings, llegó a Milwaukee Ricky Pierce. Don Nelson no sabía nada acerca de él. Mike Schuler, asistente de Nelson, le había tenido bajo sus órdenes en Rice University. La primera temporada en Milwaukee fue dura porque salía de una operación de rodilla, pero tras ver como trabajaba en su rehabilitación, enseguida convenció a Nelson.

Pierce jugó el papel de sexto hombre que Junior Bridgeman había desempeñado antes que él. Se convirtió en un fuente de producción anotadora desde el banquillo de un valor incalculable para los Bucks. Esto le permitió ser elegido en dos ocasiones mejor sexto hombre de la liga. En su última temporada en Milwaukee llegó a ser All Star a pesar de salir desde el banquillo. En 1991 fue traspasado a Seattle, terminando así su vínculo con Milwaukee uno de los últimos supervivientes de los Bucks de los 80.

“Pierce tenía ese tipo de juego in-between game. Salía desde el banquillo y no le costaba nada anotar. Podía recibir desde la media distancia, daba uno o dos botes y era capaz de lanzar. Es uno de los tiros con peor porcentaje, pero él y tenía una gran efectividad en esas áreas. Cuando me preguntaban que quien había sido el rival más duro de defender, siempre respondía: Ricky Pierce”

GLEN RIVERS

Don Nelson tuvo que reestructurar su quinteto titular. Los puestos de base y escolta eran ocupados por Sidney Moncrief y Craig Hodges. La función de aleros sería para Paul Pressey y Terry Cummings y en el centro de la zona Alton Lister ocuparía el puesto de pívot, tras la retirada de Bob Lanier. Los Bucks poseían un quinteto titular con una media de 27 años, un joven equipo de futuro. La duda era si la inexperiencia les pasaría factura.

Mike Dunleavy se lesionó en el mes de Diciembre,y Ricky Pierce reapareció un mes más tarde. Esto provocó que Don Nelson diera las riendas del equipo a Paul Pressey que desde la falsa posición de alero distribuía el juego de los Bucks. Paul Mokeski ganó minutos en la rotación, y era el primer relevo del juego interior. Kevin Grevey y Randy Breuer completaban de manera testimonial el resto de la rotación habitual.

La pujanza de los jóvenes jugadores impulsó a los Bucks a obtener el mejor récord de la Central División (59-23).

La calidad ofensiva de Moncrief o Cummings, la amenaza desde la larga distancia de Hodges, o la anotación desde el banquillo de Pierce eran algunas de las razones de esta buena temporada, pero el motivo principal por el que los Bucks lograron ser una de las sensaciones de la liga fue su solidez defensiva, siendo el equipo que menos puntos encajaba y el segundo en rating defensivo.

Los Bucks tuvieron que enfrentarse en primera ronda con Chicago Bulls, que tenía en sus filas a la revelación de la temporada, el rookie Michael Jordan. Milwaukee superó la primera ronda gracias a la actuación de Terry Cummings y Sidney Moncrief (promediaron entre ambos 56 puntos por partido) eclipsando el debut en playoffs de Jordan. El 3-1 final no dejaría lugar a dudas.

“Denle crédito a Milwaukee. La actuación de Moncrief y Cummings ha sido irreal”

KEVIN LOUGHERY, entrenador de Chicago

Otra vez Philadelphia se interponía en el camino de los playoffs. A pesar de disponer de factor cancha a favor, Milwaukee claudicó ante la mayor experiencia de los Sixers. Philadelphia además de contar con un elenco de jugadores de primer nivel experimentados (Julius Erving, Moses Malone, Andrew Toney, Bobby Jones y Maurice Cheeks), sumó a su arsenal ofensivo al novato Charles Barkley, una fuerza de la naturaleza.

Los Sixers solventaron mejor las situaciones complicadas y gestionaron mejor sus nervios, barriendo a los Bucks (4-0). Terry Cummings estuvo soberbio en la mayoría de los partidos, especialmente en el segundo (41 puntos), pero no fue suficiente. En el seno de la franquicia de los Bucks no estaban muy desencantados con el resultado final ya que esperaban una transición más lenta. Eran moderadamente optimistas respecto al futuro del equipo.

Pero hubo un hecho que estuvo a punto de tirar por la borda todos los esfuerzos para reconstruir el equipo. En 1985 Jim Fitzgerald propietario del equipo desde 1976, estaba a punto de vender la franquicia. El resto de accionistas estaba de acuerdo con él. Los problemas económicos acuciaban al equipo de Wisconsin. Uno de los mayores hándicaps para el equipo era que la ciudad de Milwaukee era uno de los mercados más pequeños de la liga. Además jugaban en una de las arenas con menos capacidad de toda la competición: The Mecca Arena

La ciudad adoraba a su equipo. Pero el hecho de tener que construir un pabellón nuevo para reflotar la situación económica, y hacerlo rentable en un mercado tan pequeño como Milwaukee, echaba para atrás a muchos inversores. Lo más probable era que alguien comprara la franquicia y la trasladara a una ciudad más grande.

Como medida desesperada, un grupo de aficionados pusieron en marcha una iniciativa para grabar un álbum con una mezcla de varios músicos locales y conseguir el suficiente dinero para mantener el equipo en Milwaukee y construir un nuevo pabellón.

Así se formó The Old Style All Stars, un grupo de músicos de media docena de bandas de Milwaukee: The Booze Brothers, Cool Hand Band, E.I.E.I.O., The Futureamics, etc,..

Con el respaldo de DJs locales, dispusieron de un estudio donde componer y grabar la canción qué salvaría a la franquicia: “Let’s Keep The Bucks In Milwaukee.” , un himno a la esperanza, en el estado de la cerveza. Y realmente funcionó. No lo consiguieron vendiendo discos de 45 rpm cómo era su intención en un principio.

Pero aquel espíritu trascendió de las paredes de aquel estudio. En el proceso de intentar conseguir fondos mediante la venta del single, Herb Kohl, propietario de The Kohl’s Corporation, compró los Bucks. No lo hizo porque vio una oportunidad de negocio en aquella operación, sino porque aquella iniciativa había despertado en él un sentimiento de solidaridad con la franquicia, con la ciudad y con los aficionados.

Cuatro días más tarde de la compra del equipo, Jane Bradley Pettit y Lloyd Pettit, matrimonio propietarios del equipo de hockey de la ciudad, los Milwaukee Admirals y grandes filántropos, donaron el dinero para la construcción del nuevo pabellón, el Bradley Center, el cual no se inauguraría hasta la temporada 88-89, y que se derrumbaría en enero de 2019, para mudarse al Fiserv Fórum.

Aquella iniciativa fue algo inusual, pero unió a grandes y pequeños empresarios de Milwaukee, y a toda una comunidad con un objetivo común, mantener a los Bucks en Milwaukee, que es donde permanecen hoy en día.

Para la temporada 85-86 el núcleo de la plantilla se mantuvo intacto. La única variación en el quinteto titular fue la inclusión de Randy Breuer que jugó 63 partidos de inicio, aunque Alton Lister completara más minutos de juego, y acabara los partidos en pista.

Sidney Moncrief y Terry Cummings como hombres fuertes, los Bucks consiguieron el tercer mejor récord de la liga tras Boston Celtics y Los Angeles Lakers. Los Bucks lograron un récord de 57-25, pero con un dato preocupante: 0-7 contra Celtics y Lakers.

Con estos claros y oscuros en el panorama, se presentaban los Bucks en playoffs. El enfrentamiento contra los Nets en primera ronda fue resuelto con celeridad (3-0). Los Bucks tuvieron dos partidos relativamente cómodos como locales y remontaron 18 puntos en el tercer partido disputado en New Jersey. La actuación de Terry Cummings y la aportación del resto de jugadores habituales (que en playoffs se redujo a 7 hombres) , bastó para acabar con la resistencia de los Nets.

En cuatro de los cinco años anteriores, Milwaukee había caído derrotado en playoffs a manos de Philadelphia. En 1986 se volvieron a enfrentar una vez más en semifinales de conferencia. Los Sixers ya no contaban con Moses Malone (traspasado a Washington) ni con Andrew Toney (lesionado) pero Charles Barkley había crecido exponencialmente como jugador. Una titánica actuación suya dio la victoria a los Sixers en el primer partido disputado en el Mecca Arena. Sir Charles firmó 31 puntos, 20 rebotes, 6 asistencias, 6 robos y 2 tapones.

Milwaukee contaba con el hándicap del estado físico de Sidney Moncrief, que sufría una fascitis plantar reproducida en la eliminatoria anterior contra los Nets. En el primer partido había causado baja, pero en el segundo saltó a la cancha para ayudar a los Bucks a derrotar a los Sixers en un gran partido de Terry Cummings (30 puntos y 11 rebotes).

Moncrief volvió a causar baja en el tercer partido y los Sixers se adelantaron en la eliminatoria. Con la vuelta de otra vez de “Sid the Squid” , Milwaukee recuperó el factor cancha gracias a la aportación de su banquillo (37 puntos). Pero la situación de Moncrief no mejoraba y era seria duda para el quinto partido, lo cual era un verdadero quebradero de cabeza para Don Nelson.

“Siento dolor cuando ando y cuando intento saltar. Es realmente preocupante”

SIDNEY MONCRIEF

A pesar de la baja de Sidney Moncrief, Milwaukee sorprendió a los Sixers. Los Bucks tuvieron en Paul Pressey a ese jugador que hizo olvidar su ausencia. Pressey terminó con un triple doble, 23 puntos,10 rebotes y 16 asistencias. Los Bucks, con otros 23 puntos de Terry Cummings y la actuación de los jugadores suplentes, venció por un apretado 113-108.

Don Nelson no quiso arriesgar con Moncrief en el sexto partido y le concedió más descanso, pero esta vez su planteamiento no resultó efectivo. Los Sixers borraron del mapa a los Bucks (126-108).

Moncrief en un estado físico bastante delicado, regresó para el partido definitivo y sirvió de inspiración a sus compañeros emulando a Willis Reed en las finales de 1970. Además de servir de estímulo, realizó un gran partido anotando 23 puntos. El partido tuvo varias fases, con dominio alterno de ambos equipos. Al final del mismo se llegó con todo por decidir. Moncrief hizo un 2+1 para adelantar a su equipo (107-106) desde ese momento hasta el final hubo seis cambios de liderato en el marcador.

Moncrief, con dos tiros libres y una asistencia a Craig Hodges, se encargó de dejar el marcador en 113-112 favorable a los locales a falta de 28 segundos. En la siguiente posesión, tras un balón lanzado fuera por Moncrief, los Sixers disponían de saque de fondo restando 7 segundos en el reloj de partido y 5 segundos en el reloj de posesión. Charles Barkley sacó y logró conectar con Sedale Threatt, éste fintó el tiro, avanzó en bote y dobló el balón hacia el codo de la zona desde donde Julius Erving se jugaría el último lanzamiento. El balón no entró y Milwaukee se llevó la victoria por un solo punto.

‘El fantasma ha sido finalmente exorcizado. Milwaukee a derrotado por fin a Philadelphia”

BRENT MUSBURGER, presentador de la CBS

Los Celtics, su rival en las finales de conferencia, se habían mostrado poco más que inaccesibles durante toda la temporada. Además parecían haberle tomado la medida a los Bucks. Boston venció con autoridad los dos primeros partidos, ante un equipo que no pudo contar con Moncrief en el primer encuentro, todavía con problemas por la fascitis.

El resto de la serie la jugaría con muchas molestias. La eliminatoria se trasladó a Milwaukee con la esperanza de que los Bucks pudieran equilibrar la balanza, pero los Celtics se mostraron firmes y no dieron ninguna opción. Los hombres de Don Nelson fueron barridos (4-0) en gran parte por la diferencia entre el juego interior de ambos equipos.

Tras la retirada de Bob Lanier el centro de la zona había quedado huérfana. Alton Lister cumplía en la faceta defensiva, pero no tenía aptitudes para ser productivo en ataque y Randy Breuer era un jugador cuya movilidad condicionaba mucho el juego que Don Nelson quería implantar.

Para paliar este déficit en el juego interior los Bucks buscaron una solución en la figura de Jack Sikma. Milwaukee envió a Alston Lister  dos primeras rondas del draft a Seattle a cambio del 7 veces All Star y ganador de un anillo con los Sonics en el 79.

“Había intentado ganar el campeonato con 4 jugadores bajos, pero la liga en ese momento estaba dominada por hombres altos. Estábamos en inferioridad de condiciones”.

DON NELSON

Sikma no era un pívot al uso con un gran juego de espaldas al aro, sin embargo había desarrollado un movimiento que sería su seña de identidad. Cuando recibía en el poste bajo, metía uno de los pies de pivote entre los dos pies del defensor, giraba, y al mismo tiempo se alejaba de su rival mientras lanzaba por encima de su cabeza. Fue un movimiento que de forma similar al skyhook de Kareem, le proporcionaría grandes réditos, además era muy difícil de taponar.

Tenía una gran muñeca, algo que fue explotando poco a poco alejándose del aro. Se convirtió junto a Bill Laimbeer en el primer pívot con un volumen alto de lanzamientos triples con buen porcentaje, algo que representaba una amenaza para el equipo rival.

Pero lo que prometía ser una temporada esperanzadora, resultó ser un cúmulo de adversidades. Los continuos problemas de Sidney Moncrief con su fascitis y sus dolencias crónicas de rodilla, le hicieron perderse 43 partidos, limitando su rendimiento cuando estaba en activo.

La baja de Moncrief fue importante por lo que significaba en ambos lados de la cancha, sobre todo en defensa. Paul Pressey otro de los baluartes defensivos de Don Nelson se perdía más de 20 partidos. Los Bucks nunca lograron reunir un quinteto o una rotación habitual de jugadores por problemas de salud. Llegaron a utilizar 22 jugadores durante toda la temporada.

En enero de 1987, firmaron a John Lucas que había sido cortado por Houston en pretemporada por sus persistentes problemas con las drogas. Lucas venía a reforzar un backcourt disminuido por las lesiones. Unas semanas después repescaron a un viejo conocido, Junior Bridgeman.

Las continuas idas y venidas de jugadores impidieron una línea de regularidad en el rendimiento del equipo. Aún así los Bucks lograron alcanzar de nuevo las 50 victorias por séptima temporada consecutiva. Las notas positivas fueron la adaptación de Jack Sikma que promedió un doble-doble (el primero de un jugador de los Bucks desde el año rookie de Marques Johnson), la aportación de Ricky Pierce desde el banquillo (19.5 puntos) y la agradable sorpresa del rendimiento ofrecido por John Lucas (17.5 puntos 6.7 asistencias).

El récord de Milwaukee fue suficiente para tener factor cancha a favor en la primera ronda de playoffs. Para no perder la costumbre, Milwaukee Bucks y Philadelphia 76ers, se verían las caras por sexta vez en 7 años en playoffs. Si Milwaukee había ido renovando su roster a lo largo de los años, los Sixers tampoco habían sido inmunes al paso del tiempo. Por una parte Charles Barkley se consolidaba como uno de los mejores ala-pívots de la liga, pero Julius Erving estaba ante su última temporada, Bobby Jones se había retirado y Andrew Toney era una sombra de lo que fue a causa de las lesiones.

La serie de playoff entre ambos equipos estuvo presidida por la igualdad. Un tiro de Jack Sikma a falta de 54 segundos, sentenció el primer partido disputado en Milwaukee. En el segundo encuentro una canasta de Charles Barkley en la prórroga puso a su equipo por delante a falta de menos de 30 segundos. Terry Cummings falló su lanzamiento en el ataque posterior, y Julius Erving anotaría dos tiros libres después de recibir una falta (122-125).

El intento de triple posterior de los Bucks fue fuera de tiempo.

Los Bucks recuperarían el factor cancha con una canasta a falta de dos segundos de Jack Sikma, tras recuperar una desventaja de 12 puntos en el último cuarto. En el cuarto partido serían los Sixers los que recuperaron una desventaja de 17 puntos y empataron la eliminatoria (124-118).

El quinto partido no fue emocionante pero si muy emotivo. Los Bucks se impusieron con comodidad por 102-89. El partido se decidió con un parcial de 17-2 en el tercer cuarto. Sikma fue el mejor jugador de los Bucks con 18 puntos y 21 rebotes. A pesar de la victoria de los Bucks, la noticia estaba en el equipo visitante. Julius Erving jugaba su último partido como profesional. Abandonaba la cancha a falta de dos minutos entre los aplausos de los más de 11.000 aficionados del Mecca Arena.

“Hoy no es un día para estar triste. Finalizo la que ha sido una larga y productiva carrera. Estoy muy feliz por todo lo que me ha dado el baloncesto”

Con Sidney Moncrief recuperando sensaciones ante Philadelphia y Paul Pressey sin molestias físicas, la plantilla de los Bucks estaba al completo para afrontar el reto de las semifinales de conferencia ante los vigentes campeones, Boston Celtics, en una eliminatoria que se decidió en el séptimo partido.

En el estreno en el Boston Garden, los 40 puntos de Larry Bird parecían vaticinar otra cómoda victoria de Boston sobre Milwaukee. Cuatro tiros libres de Dennis Johnson y Fred Roberts(quien jugaría en las filas del FC Barcelona la temporada 93-94) dieron un nuevo triunfo a los Celtics en el último minuto (126-124).

Milwaukee recortaba diferencias y vencía en la prórroga del tercer partido (126-121) cuando había desperdiciado una ventaja de 6 puntos en el último minuto del tiempo reglamentario. Larry Bird volvió a destapar el tarro de las esencias anotando 42 puntos en el cuarto partido que necesitaría de dos prórrogas para resolverse(137-138).

Fue todo una oda al baloncesto. Paul Mokeski llevó el partido a la prórroga con dos tiros libres (117-117). Fred Roberts falló un lanzamiento para deshacer el empate en el primer tiempo extra, y en la segunda prórroga serían dos tiros libres de uno de los no habituales, Darren Daye, los que darían el triunfo a los Celtics.

Todo estaba en contra de los Bucks. No sólo necesitaban 3 triunfos seguidos para ganar la serie, sino que dos de esos triunfos deberían tener lugar en el Boston Garden, donde los Celtics presentaban un récord de 79-1 en los 80 partidos anteriores (entre RS y PO).

Los Bucks salvaron al primer match ball y cortaron el récord de 33 victorias consecutivas en el Boston Garden de los Celtics. Milwaukee hizo una buena defensa en el último cuarto (22-32) y logró asaltar el fortín de los hombre de K.C. Jones. Terry Cummings fue decisivo anotando 14 de sus 23 puntos en el último parcial. Sidney Moncrief sostuvo a su equipo hasta ese momento (33 puntos y 13/18 FG). Los Bucks vencieron 124-129 y alargaban la eliminatoria que se trasladaba a Milwaukee.

“Nunca en todos mis años como jugador y entrenador ha pasado por mi mente entrar en un partido pensando que iba a perder”

DON NELSON

Los Bucks encontraron de nuevo la manera de derrotar a los Celtics en el sexto encuentro. Boston llegó a acumular una ventaja de 15 puntos en la primera parte, pero poco a poco los Bucks fueron ajustando su defensa, ayudados por los problemas físicos de Kevin McHale y Robert Parish. Larry Bird muy bien defendido falló 12 de sus últimos 14 lanzamientos.

Milwaukee entró en el último período más entero físicamente y se impuso por 121-111. Moncrief con 34 puntos lideró de nuevo al conjunto de Wisconsin. Todo quedaba en el aire. El Boston Garden decidiría el ganador de la eliminatoria.

Los jugadores de Don Nelson, siendo fieles a lo que había sido su trayectoria durante esa década, se volvieron a quedar con la miel en los labios. En el último cuarto llegaron a contar con una ventaja de 8 puntos (100-108) a falta de 8 minutos. Restando cinco minutos y medio, una canasta de Ricky Pierce ponía el 103-110 en el marcador.

Desde entonces los Bucks no volvieron a anotar ni una sola canasta en juego. Tres tiros libres serían todo su bagaje. Para colmo de males, Paul Pressey, su mejor jugador en ataque y sobre todo en defensa (incomodando muchísimo a Larry Bird) fue eliminado a falta de 2:32.

Los Celtics tenían todo en contra, un equipo físicamente castigado, un quinteto titular sobrecargado de minutos, y una noche no especialmente acertada de Larry Bird en el tiro (que se unía a la serie de tiro combinada en la segunda parte de los partidos cinco y seis: 4 canastas en 20 lanzamientos).

Quizás fue la mística del Garden, quizás la fortuna de contar con uno de los mejores jugadores de la historia, quizás era el destino de los Bucks, pero lo cierto es que Milwaukee se hundió y los jugadores de los Celtics se mostraron más agresivos que nunca, sobre todo Larry Bird.

Inasequibles al desaliento, fueron sumando punto tras punto por las numerosas faltas extraídas a sus rivales. Los interiores de los Celtics cargaron el rebote ofensivo como si les fuera en ello la vida, consiguiendo una posesión extra, una y otra vez después de cada fallo en el tiro. Los Celtics ganaron la batalla del rebote (57-27) y dominaron las zonas. Entre Parish, McHale y Bird lograron 80 puntos y 44 rebotes. Parish y McHale atraparon 21 rebotes ofensivos entre ambos.

“Los rebotes nos mataron. Todo lo que no entró por el aro, ellos lo rebañaron. Entre McHale y Parish atraparon siete rebotes más que todo nuestro equipo”

DON NELSON

Los Celtics se impusieron 119-113, y pasaban de ronda, dejando una vez más cariacontecidos a los jugadores de Don Nelson. Sidney Moncrief que había anotado 67 puntos en los dos partidos anteriores, se quedó en unos pobres 11 puntos y dos canastas en diez lanzamientos.

“Después del partido me senté a llorar como un niño. Todos los jugadores vinieron a consolarme. Fue la única vez en la que pensé que el baloncesto nos debía algo”

DON NELSON

Aquella temporada que se había desarrollado de forma un tanto accidental, acabó de la peor forma posible. La relación entre Herb Kohl, el propietario y Don Nelson, que ejercía también funciones de general manager, se había tensado tanto que acabó por romperse. Herb Kohl tuvo varios desencuentros con Don Nelson por temas deportivos, como el trade de Jack Sikma. Durante la serie con Boston salieron a la luz pública rumores de que los Knicks habían establecido negociaciones con Nelson, algo que nunca se demostró pero enturbió el caso.

Lo cierto es que Kohl y Nelson nunca pudieron resolver sus diferencias. Nelson dejó su puesto a pesar de que tenía 3 años más de contrato y una claúsula por la que no podía entrenar en las dos siguientes temporadas. Dos semanas más tarde firmó un contrato con Golden State Warriors como general manager. Llegó a California de la mano de Jim Fitzgerald, antiguo propietario de los Bucks y responsable de darle una oportunidad. Era el nuevo propietario de los Warriors.

Con la salida de Don Nelson se cerró un ciclo en los Bucks. Aunque Milwaukee se clasificó para playoffs las cuatro temporadas siguientes, nunca lo haría como cabeza de serie. En 14 años sólo pudieron ganar una ronda de playoffs. A Nelson le sustituyó Del Harris, que aunque realizó un buen trabajo no pudo devolver a los Bucks a esa posición de privilegio.

Sidney Moncrief tuvo que volver a pasar por quirófano un año después. Tras aquella operación ya no volvió a recuperar la plenitud de sus facultades. Pasaría un año en blanco y se retiraría en los Hawks. En las tres temporadas siguientes todos los jugadores que formaron parte en algún momento del equipo que dejó huella en los aficionados de Milwaukee, fueron abandonando la franquicia: Ricky Pierce, Paul Pressey, Randy Breuer, Paul Mokeski y Terry Cummings.

Como símbolo del cambio de ciclo, en primavera de 1988, los Bucks decían adiós al Mecca Arena para mudarse al Bradley Center en la temporada 88-89.

Los Bucks de la mano de Don Nelson habían jugado un baloncesto atractivo. Su juego fue bautizado como el Nellieball, utilizando jugadores bajos y versátiles, muchos de ellos fuera de posición. Su sistema fue un prototipo de aquellos Suns de D’Antoni, con su “7 seconds or less”.

“Hacíamos un tipo de juego que nos convenía con la configuración del equipo. Fui innovador cuando tenía que serlo, y no lo fui cuando no había razón para ello”

DON NELSON

Decisiones como la de situar a Paul Pressey como base desde la posición de alero creaba muchas situaciones incómodas a los equipos rivales en una época en que este tipo de estrategias eran vistas como una herejía. Milwaukee fue un equipo admirado por su estilo de juego pero tremendamente infravalorado por su capacidad defensiva.

Los Bucks estuvieron entre los equipos con mejor rating defensivo durante toda la década. Siempre estuvieron a un paso de alcanzar el último escalón que les diera opción a jugar las finales. Unas veces por errores propios, otras veces por la propia calidad de los rivales, nunca consiguieron sobrepasar la frontera de las finales de conferencia.

A pesar de los grandes jugadores que tuvieron entre sus filas, les faltó la figura de esa superestrella que marca diferencias en momentos puntuales. Marques Johnson, Sidney Moncrief o Terry Cummings eran jugadores élite de la liga, pero por debajo de los Larry Bird, Julius Erving o Magic Johnson.

Sin duda los Bucks fueron el mejor equipo de los 80 que no conquistaron un título. Se quedaron a un escalón de hacerlo.

COMENTARIOS

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    Estupendo y completo artículo. Esos Bucks fueron el mejor equipo de los 80 sin anillo.

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