@RufKalle Después de años jugando, siempre te queda un pequeño jugador en tu interior, e incluso hasta un pequeño entrenador, desde
Después de años jugando, siempre te queda un pequeño jugador en tu interior, e incluso hasta un pequeño entrenador, desde el que poder ver a otros jugadores, a veces te sentirías capaz de enseñar o corregir cosas.
Nunca he sentido la llamada o la vocación para ello, salvo un pequeño periodo de casi dos años en una ONG, donde estuve regalando mi tiempo entrenando a chavales en riesgo de exclusión.
Pero no hablo de entrenar en categorías inferiores, hablo de ser entrenador de profesionales, es decir , todo lo relativo a la planificación de los entrenamientos, vivir el día a día, conocer al dedillo tus fortalezas y debilidades así como las tácticas del rival, o tener la picardía, y la lucidez y rapidez mental para tener una lectura correcta de éste, y saber exactamente lo que pasando dentro realmente.
Hoy en día los equipos tienen ya un Director Deportivo que confecciona la plantilla y prácticamente al entrenador se le ficha diciéndole “ahí está tu equipo”,
¿Pero Te haces cargo de éste?
Cada entrenador está marcado por unas preferencias de juego o estilo, pero también lo está por el club, teniendo que adaptarse, debe ser sabio,y muchas veces hacer jugar al equipo según este estilo que te gusta sin tener las piezas adecuadas, lo cual es bastante complicado.
Antiguamente era el entrenador quien pedía a los jugadores, teniendo más poder en este sentido cuanto más tiempo llevaba en el club y más si los resultados llegaban.
Los jugadores fichaban, se adaptaban a las necesidades del equipo, por aquel entonces los jugadores se comprometían más con sus clubes, en el aspecto de que podían estar muchos años en un mismo equipo, aunque también había los típicos americanos que venían y solo estaban una temporada, era normal, pues se venían a buscar la vida.
También está el público, y la paciencia que éste pueda tener, quien podía querer un juego atractivo y a la vez efectivo y que te aportase victorias, a veces ello es nada fácil y lo sencillo muchas veces es no arriesgar, pues a nadie le gusta perder su puesto de trabajo.
Si vas a un club de los que se denominan “grandes”, se mueven grandes presupuestos y existe una buena capacidad para realizar buenos fichajes, unas buenas infraestructuras, y buenos medios, pero por contra, vives la presión de tener que ganar hasta en los entrenamientos.
Si vas a un club medio o bajo, querrán que mejores los años anteriores, y si son ciudades pequeñas, la prensa local te dará una cobertura muy grande del día a día.
Eso sí, los presupuestos para fichajes son menores o incluso las horas de entreno son muy restringidas en pabellones municipales ya que sueles compartir cancha con otros equipos y deportes.
Los fichajes ya son del tipo “tenemos para este jugador tanto dinero”, bailes de managers y catálogos de jugadores, esperanzas de encontrar a un líder, cada victoria se saborea al límite y cada derrota es pasar una semana de entrenamientos duros esperando la siguiente oportunidad.
Realmente la soledad del entrenador a veces es importante, no puedes hacerte “amiguete” de tus jugadores
Te has de llevar de manera excelente y fluidamente con tu Director Deportivo que al final es al que has de rendir cuentas, caer bien a la prensa, encajar las críticas de la afición (las redes sociales deben ser letales si las lees a diario.
Desde aquí mi admiración y respeto para esos entrenadores profesionales de ligas como la ACB o LEB, que aman el baloncesto, y que no sólo enseñan, y que dirigen jugadores como si de un Director Comercial se tratase, los cuales se alegran y se enfadan como todo ser humano, y que son toda una montaña rusa de emociones, y a los que rara vez se les reconoce su labor.
Psicólogo Organizacional / Consultor Senior de RRHH especialista en Selección, Formación y Desarrollo de personal.
Inquieto, polivalente, curioso, me gusta aprender de todo y de tod@s, y con buena cara y una gran ilusión, actuando siempre desde la máxima responsabilidad y profesionalidad.
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