Jeff Ruland no guarda muy buenos recuerdos de su aventura en España, más concretamente en Barcelona, donde disputó la temporada 80-81, adonde llegó co
Jeff Ruland no guarda muy buenos recuerdos de su aventura en España, más concretamente en Barcelona, donde disputó la temporada 80-81, adonde llegó con apenas 21 años tras 3 años jugando con los Gaeis, de la Universidad de Iona, en los que promedió 20.8 puntos y 12 rebotes por encuentro, llevando al equipo a un más que meritorio 19º puesto del ranking nacional, el más alto conseguido por dicha universidad.
Pa chulo Yo…
Pero el pívot americano de 2.11 m elegido esa misma temporada por los Golden State Warriors en el número 25 del draft, decidió comenzar la aventura europea, eligiendo como destino Barcelona, seducido por el dinero y alguna cosa más.
Los títulos no se hicieron esperar, 6 ligas y 5 Copas del Rey durante esta década convierten al equipo como el auténtico dominador de la competición doméstica, llegando además los primeros títulos a nivel europeo, dos recopas en las temporadas 1985 y 1986 y una Copa Korac en 1987, entre otros títulos, lo cual logra darle una proyección y visibilidad internacional que llevan al equipo a participar dos años consecutivos, 1989 y 1990 en el Open Mcdonalds, con el único lunar de la Copa de Europa, primero contra el Banco Di Roma y más tarde contra la Jugoplastika de Split de los Kuloc y cia.
De su temporada en Barcelona, podemos decir que no estuvo a la altura de las expectativas creadas, y sin tener malos números, nunca dio la sensación de estar integrado al 100% en el equipo, de estar de paso, con la mente puesta en la NBA, como se demostró al año siguiente.
No pudo ser..se tuvo que esperar…
El Barcelona había demostrado su apuesta por la sección, con la contratación de Ruland, quien a poco que quisiese se antojaba que podía ser un jugador determinante, pero su autosuficiencia y superioridad le hicieron relajarse más de lo debido,no pudiendo ese año llevar al equipo a la consecución de la Recopa, al perder contra el Cantú de los Marzorati y Riva.
En Liga su puesto había sido cubierto por otro gigante nortemaricano como Mike Phillips, dado que los problemas físicos de Ruland le habían impedido terminar la competición doméstica en la que acabó promediando unos más que notables 21 puntos y 11 rebotes, cifras similares a los de la universidad de Iona.
El equipo esa temporada también se hacía con la copa, pero la suerte de Ruland ya estaba tomada, por lo que al finalizar la temporada decidió retomar el camino de la NBA, de la mano de los Washington Bullets, quienes había comprado sus derechos a los Golden State Warriors.
La afición de Palau más allá de su enorme calidad, que nadie ponía en duda, criticaba su falta de actitud y compromiso, así como la poca profesionalidad del jugador, quien se limitaba a hacer sus números y poco más, sin poner de su parte para integrarse dentro de la filosofía de un equipo que por cierto no le pagaba nada mal.
En Washington jugo 5 temporadas hasta el año 86, donde en su temporada como rookie acreditó casi 15 puntos y 10 rebotes por partido, lo que le llevó a ser incluido en el mejor quinteto de rookies de la temporada.
Ruland tuvo 4 años magníficos con los Bullets llegando a promediar 22,2 puntos, 12,3 rebotes y 3,9 asistencias en la temporada 1983-1984, fue All-Star una vez y su afán pasador llegó al máximo nivel cuando en la campaña 1985-1986 logró unas medias de 19 puntos, 10,7 rebotes y nada menos que 5,3 pases de canasta.
Un pívot resolutivo al que le gustaba la pelea en la pintura, pero también un pívot que generaba juego a su alrededor.
Pero todo se vino abajo cuando volvieron a aparecer las lesiones y problemas físicos, haciéndose mayores en las temporadas 84-85 y 85-86, lo que le llevó a ser traspasado a Philadelphia 76 ers, disputando solo 5 partidos, al sufrir una grave lesión, que le mantendría apartado de las canchas durante 4 largas temporadas.
Regresaría para hacer un último intento de la mano otra vez de los 76ers, pero las lesiones seguían ahí, jugando apenas 5 partidos, y siendo traspasado a los Bad Boys de Detroit , pero tras solo poder disputar 11 partidos decidió poner punto y final a una aventura de 8 temporadas en la NBA con unos más que dignos promedios de 17. 4 puntos y 10.4 rebotes, llegando a promediar en los 4 partidos de playoff que jugó en 1984 la friolera de… ¡24 puntos, 12,8 rebotes y 7,8 asistencias!. Casi 8 asistencias por juego de un pívot.
Pero su adiós como no podía ser de otra manera en este personaje se vio empapado de un surrealismo sin precedentes, donde el bueno de Ruland comentó que tuvo que dejar el basket porque se había roto el tendón de aquiles con un carro de balones en el Boston Garden, reclamando al los Celtics una compensación económica que no duró ni 10 días. lógicamente se lo tomaron a broma.
Una verdadera pena para un jugador de esta calidad superlativa, uno de esos casos que saben mal dentro de este deporte, pues lo que uno se puede imaginar adonde podría llegar este jugador de no ser por sus lesiones y su mala cabeza, pues podríamos estar hablando de un jugador de 25 puntos y 15 rebotes y 10 asistencias.
De su actual vida sabemos que fue durante 8 años entrenador de su Iona, donde consiguió 137 victorias y llevó a su equipo en 3 ocasiones a la fase final de la NCAA.
Ahora entrenador…
Llegó a ser entrenador asistente de los Sixers en 1991, y entre 2007-08 dirige a los Alburquerque Thunderbird de la NBA Development League.
En agosto de 2008 fue nombrado entrenador asistente de los Sixers de la NBA
También fue entrenador de la University of the District of Columbia en la División II de la NCCA durante la temporada 2009-2010.
Aquí os dejo un vídeo de Jeff Ruland durante la temporada 1983/84 en la que promedió 22,2 puntos y 12,3 rebotes. Durante esta serie de primera ronda contra Boston, Jeff promedió 24 puntos, 13 rebotes y 8 asistencias, muy cerca del triple doble.
Psicólogo Organizacional / Consultor Senior de RRHH especialista en Selección, Formación y Desarrollo de personal.
Inquieto, polivalente, curioso, me gusta aprender de todo y de tod@s, y con buena cara y una gran ilusión, actuando siempre desde la máxima responsabilidad y profesionalidad.
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