Roberto González Rico El Diván del Deportista @bertorrico ¿Qué hace a un genio ser un genio? Es una pregunta que nos hemos hecho a lo
Roberto González Rico
El Diván del Deportista
¿Qué hace a un genio ser un genio? Es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de toda la historia. No son los genes, son determinadas actitudes
¿Qué hace a un genio ser un genio?
Es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de toda la historia. Todo el mundo aspira a alcanzar la excelencia pero muy pocos la logran y, en la mayoría de ocasiones, no entendemos cómo una u otra persona ha logrado lo que ha logrado.
Hay quien piensa que un genio nace, no se hace: sencillamente, tiene el talento para una actividad concreta y le basta con desarrollarla para alcanzar la excelencia. Pero esto es una visión muy simplista de la realidad y, además, como han comprobado numerosos estudios, falsa.
No cabe duda de que un genio es talentoso por naturaleza, pero el talento no es ni de lejos la característica más importante del mismo. Estos son las cinco cosas que, sin excepción, cumplen todos los genios. Y no todas son agradables para el común de los mortales.
1. Son curiosos e impulsivos
Para elaborar su libro Creatividad (Paidós, 2008), el profesor Mihaly Csikszentmihalyi entrevistó a 91 genios, de todas las disciplinas, incluyendo a 14 premios Nobel. Una de sus principales conclusiones es que las personas con mentes privilegiadas, que logran creaciones excepcionales, tienen dos cosas en abundancia: curiosidad y determinación. “Están absolutamente fascinadas por su trabajo y, aunque haya otras personas más brillantes, su enorme deseo de lograr lo que se proponen supone el factor decisivo”.
Petrovic antes de su fallecimiento, logró cumplir su deseo de triunfar en la NBA, y que su nombre estuviera de por vida vinculado al de otros grandes de la Liga como Jordan , Magic, Bird, etc…
2. Lo importante no es la educación, son las horas que dedican a su especialidad
Los creadores más destacados son siempre aquellos que más han trabajado en su especialidad y han dedicado su vida a ella No cabe duda de que los genios más destacados seguían estudiando, pero eran autodidactas y, sobre todo, unos adictos al trabajo. “Los genios son todos iguales”, explicaba el crítico literario V.S. Pritchett, “nunca dejan de trabajar, no pierden un minuto. Es deprimente”. La realidad es que, sin esfuerzo, el talento importa poco. Los creadores más destacados son, siempre, aquellos que más han trabajado en su especialidad, han dedicado su vida a ella, han aprendido todo lo que se podía aprender, y han llevado su pasión al límite.
Janez Drvaric comentaba que Drazen ni mucho menos fue el jugador más talentoso, pero si puede asegurar que fue el más trabajador durante toda su carrera formativa y profesional. Cuando lo tuvo como jugador en la Cibona, nos explica que antes del entrenamiento con el equipo, realizaba una hora y media de trabajo individual, por la tarde de nuevo después del entreno oficial, realizaba una hora más de trabajo individual, para Drazen era obligatorio lanzar 500 tiros al día.
Petrovic entrenaba todos los días de la semana, aunque tuviera 2 partidos, incluso cuando jugaban en Belgrado y volvían por la noche en autobús a Zagreb, Drazen se levantaba pronto para realizar trabajo físico.
3. Son muy críticos con su trabajo
Según el psicólogo Howard Gardner, tenían un patrón similar de trabajo, que se basaba en el ensayo y error: analizaban un problema, creaban una solución, la probaban y generaban una retroalimentación constante. “Los individuos creativos”, asegura Gardner,“emplean una considerable cantidad de tiempo en reflexionar acerca de lo que quieren alcanzar, si han tenido éxito o no y, si no lo han logrado, qué deben hacer diferente”.
Las mentes creativas son también las más metódicas.
LOS BERRINCHES DE DRAZEN PETROVIC
Drazen Petrovic fue considerado como el mejor jugador europeo de baloncesto de todos los tiempos. Cuenta la leyenda que en un partido, con la camiseta del Real Madrid, falló dos tiros decisivos contra el Valladolid. Su equipo perdió. Y él se enfadó. Ni con el aro o el tablero. Ni con los árbitros. Ni con el público. No. Se enfadó consigo mismo.
¿Qué hizo? De regreso a Madrid, en plena medianoche, pidió las llaves del pabellón y se puso a lanzar triples hasta pasadas las tres de la madrugada. Petrovic protestaba en la pista, alzaba los brazos y se quejaba a los árbitros. Pero lo que le hacía ser el mejor no eran solamente sus extraordinarias aptitudes para este deporte, sino asumir la responsabilidad de saberse enfadar consigo mismo y trabajar para mejorar. Durante su carrera, Petrovic resultó decisivo en innumerables victorias para los equipos en los que jugó.
4. Son sacrificados, solitarios y, en ocasiones, neuróticos
Los genios están todo el rato pensando en su obra y esto tiene múltiples desventajas. Dedicar todo tu tiempo al trabajo implica un sacrificio inmenso y una merma en las relaciones sociales. Según Csikszentmihalyi, la mayoría de genios son marginados durante la adolescencia, en parte porque “su intensa curiosidad e intereses muy focalizados resultan extraños a sus compañeros”, en parte porque los adolescentes demasiado gregarios no están dispuestos a gastar tiempo, en soledad, para cultivar su talento. “Practicar música o estudiar matemáticas requiere una soledad temible”, asegura el profesor.
En ocasiones, el sacrificio necesario para ser un genio puede rozar lo patológico. La entrega puede tornarse en obsesión: las personas excelentes no son necesariamente felices. Basta ver el ascetismo que alcanzaron Freud, T. S. Eliot o Gandhi, o la soledad autoimpuesta que desarrolló Einstein. Muchos genios desarrollan, además, una personalidad neurótica: su trabajo les volvió maniáticos y egoístas.
Flagelarse. En la temporada 1988/89 dio muestras inequívocas de su gran profesionalidad vistiendo la camiseta del Real Madrid. Nunca se iba a casa sin encestar 100 triples, no necesitando muchos lanzamientos de más para conseguirlo (entre 115 y 120). Un día falló dos tiros libres claves ante el Fórum Valladolid, lo que le costó la derrota al Madrid. De regreso y pasada la medianoche, pidió las llaves del pabellón y estuvo tirando hasta la tres de la madrugada.
Psicología y Baloncesto :Solo ante el peligro. Por Roberto González Rico.
DRAZEN ÚNICO E IRREPETIBLE
5. Trabajan siempre por pasión, nunca por dinero
Los verdaderos genios se desviven por su trabajo y, en ningún caso se entregan a éste por dinero, sino por pasión y vocación. “Los artistas que han desarrollado su pintura y escultura por el placer de la actividad en sí más que por las recompensas extrínsecas, han producido un arte que ha sido reconocido socialmente como superior”, asegura el pensador y escritor Dan Pink en su libro La sorprendente verdad sobre qué nos motiva (Gestión 2000). “Además, son aquellos a los que motivaba menos las recompensas extrínsecas los que, finalmente, las recibían”.
Madrugar para ser mejor cada día. Drazen nació con talento indudablemente, pero nadie trabajó más que él para moldearlo. Siendo un chaval madrugaba cada día para realizar una sesión de 500 tiros antes de ir al colegio. En 1982 tras perder la Cibona la Copa Korac ante Limoges, decidió entrenarse entre seis y ocho horas diarias para no volver a sentir la frustración de aquella derrota.
“Mejor pagado de la NBA”. Su etapa en Portland fue un calvario, apenas contaba para el entonces entrenador de los Blazers, Rick Adelman. “Soy el jugador mejor pagado de la NBA. Estoy ganando millones de dólares por jugar cinco minutos por partido“, decía Petrovic.
Psicólogo Organizacional / Consultor Senior de RRHH especialista en Selección, Formación y Desarrollo de personal.
Inquieto, polivalente, curioso, me gusta aprender de todo y de tod@s, y con buena cara y una gran ilusión, actuando siempre desde la máxima responsabilidad y profesionalidad.
COMENTARIOS
No envío este mensaje con la intención de hacer una crítica de la figura de este grandioso juegador europeo, pero creo que Drazen pecaba por un individualismo excesivo en su juego, y esto no es nada bueno para poder alcanzar grandes logros a nivel de equipo.
Sin duda marco un antes y un después en el baloncesto europeo, y le faltó algun año más para acabar de hacerse un gran sitio en la NBA, solo la tragedia de aquel día lluvioso se lo impidió.