Alex English. La estética y la eficacia unidas de las mano.

Alex English. La estética y la eficacia unidas de las mano.

Aquellos afortunados que pudieron ver las evoluciones de Alex English en directo recordarán a un jugador cuya elegancia constituyó la característ

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Aquellos afortunados que pudieron ver las evoluciones de Alex English en directo recordarán a un jugador cuya elegancia constituyó la característica principal de su juego.

En él, la estética y la eficiencia se mezclaron logrando una combinación perfecta, no en vano, fue el máximo anotador de la década de los 80, por delante de cañoneros ilustres como Adrian Dantley, Dominique Wilkins, World B. Free, Mark Aguirre, Kiki Vandeweghe o Bernard King.

Cuando se retiró, lo hizo como el séptimo anotador de todos los tiempos con 25.613 puntos (actualmente ocupa es el vigésimo). Tras unos comienzos difíciles en la NBA, en Milwaukee e Indiana, encontró su sitio en Denver al abrigo del sistema ultraofensivo que Doug Moe implantó en los Nuggets.

En Denver alcanzó el reconocimiento, como demuestran sus 8 participaciones consecutivas en el partido de las estrellas. También conquistó el título de máximo anotador y fue el primer jugador de la historia en encadenar 8 temporadas consecutivas anotando 2.000 puntos.

Nacido en Columbia en 1954, English se crio con su abuela Estelle en South Carolina junto a sus tres hermanos y nueve primos mientras sus padres trabajaban en New York. Fueron tiempos duros para la familia.

Durante su niñez tuvo que acostumbrarse a sobrevivir con una comida al día.‘Estoy seguro de que jamás me fui a la cama con el estómago lleno. Éramos pobres y había muchas bocas que alimentar’. Su padre falleció mientras estaba en New York y su madre se vio en la obligación de regresar a Columbia para hacerse cargo de sus hijos.

A veces English y sus hermanos se pasaban el día en busca de botellas de refresco vacías para entregarlas y cobrar por el envase de cristal. En otras ocasiones se quedaban fuera de una panadería cercana esperando que desecharan el pan duro y los panecillos.

Su alimentación era a base de frijoles, arroz y sémola. Una o dos veces al mes, su madre les preparaba una cena que consistía en pollo frito y pan de maíz, eran los dos días más esperados por él y sus hermanos.

Éramos pobres, pero a pesar de las ratas, las cucarachas, los golpes y los moretones, lo recuerdo como una infancia hermosa. Mi abuela trabajaba todo el día como prensadora en una lavandería a tres millas de distancia. Incluso con artritis, caminaba en ambos sentidos, pero sabías que cuando llegara a casa, te colmaría de amor”.

Empezó a jugar a baloncesto en la parte trasera de la casa de su abuela con una canasta de fabricación casera compuesta de un tablero de contrachapado y un viejo neumático al que cosieron una red. ‘La canasta estaba colocada en una pendiente, así que teníamos que afinar la puntería si no queríamos correr colina abajo detrás del balón’

Las calles de Columbia al igual que en muchos barrios pobres de las principales ciudades del país, encerraban muchos peligros. Algunos de sus amigos terminaron en prisión, cayeron en la drogadicción o acabaron muertos. ‘Todo fue una cuestión de suerte. Estuve cerca de ser declarado delincuente juvenil y ser internado en un reformatorio a los 13 años’.

Solo la intervención de un juez, que recomendó mi libertad condicional, me salvó de esa experiencia’. English y unos amigos fueron detenidos en un estacionamiento acusados de un delito que no habían cometido, porque una mujer les denunció pensando que habían robado su coche.

Su abuela le apartó de las calles, guiándole el resto de su adolescencia por un camino más adecuado para un adolescente.

Tras asistir a Hand Junior High School fue transferido a Dreher High School donde promediaría 31 puntos en 78 partidos disputados.

“Después de los entrenamientos el se quedaba practicando. Tenía que apagarle las luces para que se fuera a casa”, explicaba Dixon Owens, su entrenador en Dreher, y recientemente fallecido el pasado mayo. “Decidí que necesitaba un tiro patentado, uno que me permitiera alejar a la defensa y fuera difícil de taponar.

Cuando estaba en movimiento, giraba mi cuerpo hacia la canasta, mientras estaba en el aire, esperaba a equilibrarme, y soltaba el balón desde arriba. Lo practiqué miles de veces antes de ponerlo en práctica en un partido”

El 31 de enero del presente año vio como era retirada su camiseta con el número 22 con la que defendió los colores de los Blue Devils, convirtiéndose en el primer jugador de la historia de ese centro distinguido con tal honor.

Habían pasado casi 50 años desde la última que vez que English vistió la camiseta de Dreher HS. ‘Ha tardado un poco, pero nunca es demasiado tarde. Estoy agradecido’.

Con Dreher HS llegó a ser galardonado con el ‘Columbia Mr. Basketball‘, reconocimiento que repetiría con la Universidad de Carolina del Sur.

The ‘off balance runner’ fue un movimiento que le dio muchos réditos a lo largo de su carrera. También le reportó muchos viajes a la línea de tiros libres como consecuencia de las faltas provocadas a sus rivales.

“Al principio, todos mis entrenadores insistían en que no pusiera en práctica ese lanzamiento, así que trabajé duro hasta hacerlo tremendamente eficaz. Una vez que empecé a anotar consistentemente de esta manera, nadie se atrevió a decirme que lo dejara”.

Recibió más de 100 ofertas de distintos centros universitarios de todo el país pero decidió permanecer en su estado natal y jugar para USC bajo las órdenes del mítico Frank McGuire.

Se comenta que McGuire convenció a English para que jugara con ellos invitándole a comer un bistec (nunca había probado uno) en el Peddler Steakhouse, en Five Points.

Frank era un profesional. Había entrenado en la NBA a algunos de los mejores jugadores de la historia como Wilt Chamberlain. Nos trataba como profesionales. No gritaba ni se ponía nerviosos durante los partidos. Me dio grandes consejos y lecciones de vida que puse en práctica posteriormente”.

Por aquella época poseía un físico inmaduro que no estaba a la altura de su talento como jugador. ‘Tenía su propio estilo de juego, pero como jugador inteligente que era, se adaptó a las necesidades del equipo. Sabía que tenía condiciones para jugar con los profesionales, pero no sabía que llegaría a ser tan bueno’, así le definía Donnie Walsh, el entrenador asistente de USC.

Alex English conquistó un puesto en el quinteto titular de los Gamecocks desde su año freshman, condición que mantuvo durante los 111 partidos que jugó como colegial.

En la temporada 72/73 la plantilla de USC contaba con otros dos jugadores que tuvieron una carrera más que correcta en la NBA, Mike Dunleavy y Brian Winters.

Los hombres de Frank McGuire lograron meterse entre los 64 equipos del March Madness. En la victoria ante Texas Tech, English contribuyó con 15 puntos y 15 rebotes a la victoria (78-70) de su equipo.

Aquella sería la última victoria de USC en un torneo de la NCAA hasta la edición de 2017. En la derrota ante Memphis sucumbieron ante la gran exhibición de Larry Kenon (34 puntos y 20 rebotes). English fue el máximo anotador de su equipo con 19 puntos.

Durante el resto de su periplo universitario no logró alcanzar mayores logros colectivos, pero terminó su carrera con los Gamecocks como el segundo máximo anotador de su historia con 1.972 puntos.

Cuando se retiró era uno de los 3 únicos jugadores históricos de USC que había rebasado la barrera de los 1.000 rebotes con un porcentaje superior al 50% en tiros de campo. En su último año promedió unos magníficos 22,6 puntos y 10,5 rebotes lanzando con un 55% de efectividad.

Pero el mayor legado de English fue convertirse en la primera estrella de raza negra en la historia de Southern Carolina. ‘Quería romper el estereotipo de Southern Carolina como un centro en el que los afroamericanos no tenían posibilidades de triunfar’. English abrió el camino a jugadores como Nate Davis, viejo conocido de la afición española o Golie Augustus.

English desarrolló un especial interés por disciplinas como el arte, la escultura, la literatura y especialmente la literatura.

Obtuvo una licenciatura en literatura inglesa. La inquietud mostrada hacia estas doctrinas se vio reflejada en cierto modo en su estilo de juego. La plástica y estética de las evoluciones de English sobre una cancha era la forma que tenía de expresar su talento.

La ausencia de grandes resultados de USC provocó que English cayera hasta la segunda ronda del draft, siendo elegido por Milwaukee Bucks con el pick número 23 por detrás de jugadores con menos talento.

‘Recibí una llamada telefónica diciendo que había sido drafteado por los Bucks, eso fue todo. Firmé un contrato de $5.000, y si lograba quedarme en el equipo, tras el training camp, firmaría otro contrato por otros $5.000, no había contratos garantizados por entonces’.

En Milwaukee coincidiría con un excompañero en USC, Brian Winters. Los Bucks eran un equipo en reconstrucción tras haber traspasado a Kareem Abdul Jabbar a los Lakers apenas un par de temporadas antes.

La temporada no comenzó bien para Milwaukee, y su entrenador, Larry Costello, fue sustituido por Don Nelson cuando sólo se llevaban disputados 18 encuentros.

English apenas contó en los planes de Nelson durante esa temporada, en la que promedió 10,8 minutos. y 5,2 puntos en 60 partidos. Jugadores como Bob Dandridge y Junior Bridgeman limitaban sus minutos sobre la cancha.

Con la salida de Dandridge con destino a Washington parecían abrirse las puertas a la titularidad de par en par para English, pero un rookie procedente de UCLA se las cerró de golpe.

Marques Johnson, adquirido por los Bucks en el número 3 del draft de 1977, se hizo dueño y señor del puesto de alero.

English tuvo que pelearse con los minutos de descanso con Bridgeman, un jugador que estaba mucho más acostumbrado a rendir desde el banquillo. Nelson incluso le desplazó al puesto de ala pívot eventualmente.’ En Milwaukee no llegué a ser ni el 30% del jugador en el que me convertí en Denver’.

En esa segunda temporada en Milwaukee dejó unos promedios de 9,6 puntos y 4,8 rebotes en apenas 19 minutos de juego, eso sí, con un extraordinario 54% de efectividad de cara al aro.

Los Bucks eliminaron a Phoenix en primera ronda (2-0) y cayeron en siete partidos en las semifinales de conferencia ante Denver Nuggets con una gran actuación de Alex English en los minutos que estuvo en cancha.

En tan sólo 24 minutos de juego promedió 15,0 puntos 4,7 rebotes con un extraordinario ¡¡65,6%!! en tiros de campo (42/64).

A pesar de esta buena actuación, Alex English al final de esa temporada se acogería a la figura de agente libre en vista del panorama de futuro que le esperaba en la franquicia de Wisconsin con Marques Johnson cerrándole el camino de la titularidad.

Los Pacers le contrataron a cambio de una compensación económica y un pick de primera ronda. En Indiana casi doblaría sus minutos (33.3 minutos x partido) y su anotación (16,0 puntos x partido) en la primera temporada, pero estaba lejos de ser la primera opción ofensiva de su equipo.

Con suerte era la cuarta o quinta opción, por detrás de jugadores como menos clarividentes de cara al aro como Rocky Sobers, Johnny Davis o James Edwards.

Bajo las órdenes de Bob ‘Slick’ Leonard no lograron meterse en playoffs, pero al menos English no estaba defenestrado en el banquillo, como en Milwaukee. ‘Indiana me ofreció mi primer contrato como agente libre y la oportunidad de jugar minutos. En ataque teníamos bastante libertad, pero éramos un equipo más orientado hacia la defensa’.

Entre viaje y viaje, concentración y concentración, English aprovechaba a escribir poesía. Muchos de los poemas que creaba pasaron a formar parte de una colección de más de 300 piezas que bautizó con el nombre de “Sometimey Feelins Sometimes”.

En 1978 compuso uno que guardaba relación con el baloncesto, más concretamente con su estancia en Milwaukee, al que tituló ‘It´s time to go‘ (Es hora de irse):

Autumn’s orange yellow and Rust paints my mind with outdoor Lust for freedom of movement about nature’s room. But autumn’s coming means I’ll be leaving soon To continue my stroll with destination And add to memories This summer’s vacation.

En el poema quería plasmar la impaciencia de los Bucks hacia él. Ni siquiera hicieron ademán de retenerle cuando recibió la oferta de los Pacers, se dieron por vencido.

En su segunda temporada en la disciplina de los Pacers, la situación respecto a English seguía igual, e incluso vio reducidos ligeramente sus minutos (28,3 minutos x partido) con medias de 14,9 puntos y 7,0 rebotes.

Donnie Walsh que había sido asistente de USC cuando English jugaba con los Gamecocks, fue contratado como entrenador jefe de Denver.

En cuanto se presentó la ocasión no dudó en meter en una transacción a George McGinnis rumbo a Indiana para conseguir al alero de Columbia.

Los Pacers aceptaron pensando que McGinnis, una de las leyendas de Indiana cuando éstos militaban en la ABA, podría dar un impulso a la popularidad de la franquicia.

Se equivocaron, el ala pívot ya estaba en la curva descendente de su carrera y perdieron a un potencial All Star como Alex English.

English completaría 26 partidos con los Nuggets para finalizar la temporada 79-80. Los Nuggets habían sufrido la baja de David Thompson, lesionado, y buscaban un jugador con talento que acompañara a Dan Issel en la anotación.

En ese periodo promedió 21,3 puntos 9,4 rebotes y 3,4 asistencias . El día de su debut con la camiseta de los Nuggets anotó 29 puntos y capturó 13 rebotes en la victoria por 122-111 frente a Chicago.

En los últimos partidos de la temporada alcanzaría la que era hasta ese momento la máxima anotación de su carrera con 40 puntos, acompañados de 14 rebotes contra Kansas City Kings.

“Una vez que los Nuggets adquirieron a English, todos los movimientos posteriores fueron muchos más sencillos, sólo había que conseguir jugadores complementarios” JEFF MORTON, periodista de Mile High Sports.

Los comienzos de la temporada 80-81 no fueron muy alentadores. El equipo llevaba una balance de 11 victorias y 20 derrotas cuando Carl Scheer, general manager de los Nuggets, destituyó a Donnie Walsh. 7

Aquella fue una decisión que cambiaría la carrera de Alex English, porque los Nuggets contrataron a Doug Moe, un entrenador ultraofensivo, que marcaría el resto de su carrera.

Bajo sus órdenes explotaría todo su caudal ofensivo, convirtiéndose en uno de los mejores anotadores de la liga. ‘Siempre me ha gustado el juego alegre y ofensivo. Para mí es como bailar, es una forma de arte’.

English desató el potencial ofensivo que llevaba dentro, efectivo, pero ejecutado de una forma sutil y elegante, como si estuviera danzando. Se ganó apodos como el de ‘Baryshnikov del baloncesto’ ó ‘Poetry in motion‘.

A finales de la temporada 80-81, English terminaba contrato, y los Nuggets convencidos de que no podrían igualar la oferta que los Sonics le habían hecho, acordaron un trade con los San Diego Clippers, pero éstos se echaron atrás en última instancia debido a que no querían incluir un pick de primera ronda en la operación.

English estaba decidido a jugar a Seattle si Denver no igualaba la oferta de $700.000, así lo hizo constar cuando rechazó una oferta superior de los Cavaliers. “Alex estaba dispuesto a jugar con nosotros, no basaba sus decisiones en el dinero” declaraba Sam Schulman, propietario de los Sonics.

El ‘Run&Gun offense’, sistema de juego implantado por Moe, encontraría su máxima expresión en la temporada 81-82 en la que el conjunto de los Nuggets alcanzó el mayor promedio anotador de la historia de un conjunto NBA a lo largo de una temporada: 126,5 puntos por partido.

El trío formado por Alex English, Kiki Vandeweghe y Dan Issel, aseguraban 70 puntos por noche, de los cuales 25,4 corrían a cargo del jugador de South Carolina.

Alex English se mostró terriblemente consistente quedándose por debajo de la veintena de puntos en tan sólo 12 ocasiones, y logrando una máxima anotación de 38 puntos, una cifra no exageradamente alta para un jugador que promediaba 26 puntos por choque, eso hablaba bien a las claras de su regularidad.

Una de las cosas de las que más me enorgullezco es la consistencia que mostraba partido tras partido. Había jugadores que una noche metían 30 puntos y a la siguiente se quedaban en 10. Yo solía ofrecer una línea muy regular de juego”.

Aquella temporada, Alex English fue llamado para la primera de sus 8 participaciones en un All Star. La edición de aquel año tuvo lugar en New Jersey.

English fue el jugador que menos minutos disputó de su equipo (12). Su participación se cerró con 4 puntos anotados en una serie de 2 canastas en 6 lanzamientos.

Los Nuggets se clasificaron para playoffs con una balance de 46-36. En primera ronda cayeron contra Phoenix Suns cuando contaban con el factor cancha a favor. English se quedó por debajo de sus prestaciones individuales (poco más de 18 puntos por partido) siendo superado en defensa, una tónica a lo largo de su carrera.

La faceta defensiva fue el mayor lunar de su carrera, nunca logró alcanzar un nivel defensivo lo suficientemente riguroso para que sus rivales no explotaran esta debilidad.

A pesar de la eliminación en playoffs, la temporada se podía considerar positiva para English, acabó quinto en la tabla de anotadores, y fue elegido en el segundo mejor equipo de la liga.

En plena vorágine del desenfreno ofensivo de los Nuggets, English logró terminar como máximo anotador en la temporada 82/83 por delante de su compañero de equipo Kiki Vandeweghe (28,4 y 26,7 puntos x partido). Ambos formaron un tándem anotador explosivo.

Eran jugadores cortados por un patrón similar, con una clara vocación ofensiva y poca predisposición para la defensa (sobre todo Vandeweghe), sin embargo nunca hubo un problema de egos o envidias a la hora de gestionar cuántos tiros le correspondían a cada uno.

El sistema de Doug Moe garantizaba una ración de lanzamientos suficientes para cada jugador de manera que ninguno de ellos se sintiera infrautilizado.

Contrariamente a lo que se pudiera pensar, el sistema de Moe era muy altruista y no permitía tiros mal seleccionados.

Si la opción de lanzamiento no era buena, el balón circulaba entre el resto de componentes del equipo en una rápida búsqueda de una mejor alternativa.

Esto quedó reflejado en el porcentaje de ambos jugadores, sus 55,1 puntos combinados fueron logrados con un muy buen 53% de efectividad. El patentado tiro en suspensión de English le reportaba muy buenos dividendos con buenos porcentajes.

“Puedes tratar de pegarte a él cuando lanza, pero saca el balón desde tan alto, que siempre logra ejecutar su tiro con limpieza” LARRY SMITH, alero de Golden State Warriors y habitual defensor de English..

Una de las claves para eludir la defensa de jugadores más fuertes que yo, era no dejarles que pudieran contactarme con el cuerpo. Era un jugador muy activo y los defensores más pesados no podían seguir mi ritmo, y cuando recibía la pelota ya les había tomado unos segundos de ventaja’.

English completó sus estadísticas con unos promedios de 7,3 rebotes 4,8 asistencias 1,4 robos y 1,5 tapones. Destacó en casi todas las estadísticas ofensivas, siendo el líder en Offensive Box Plus/Minus, y quinto en Offensive Win Share.

Así mismo terminó 2º en PER y quinto en VORP.

English fue incluido por segundo año consecutivo en el segundo mejor quinteto de la liga y acabó sexto en la carrera por el MVP. Fue nominado como mejor jugador de la semana en dos ocasiones y en una ocasión como mejor jugador del mes.

La gran temporada de Alex English no pasó desapercibida para algunas de las grandes marcas deportivas.

Puma, la marca alemana, escogió al alero de Denver como su nuevo icono siguiendo los pasos de otras estrellas como Walt Frazier, Bobby Jones o Tiny Archibald.Puma no se tuvo que esforzar mucho para convencerme, me encantaba verme con aquellos modelos, mucho mejor que con mis antiguas Pony’.

Los Nuggets se clasificaron otra vez para playoffs con un récord de 45-37. En la ronda previa, English se sacó la espina de su mala actuación de la campaña anterior ante el mismo rival con una extraordinaria actuación en el partido de desempate. Tres tiros libres suyos en la prórroga fueron de vital importancia para asegurar la victoria 112-117 sobre Phoenix Suns.

English anotó 42 puntos, capturó 9 rebotes y puso 3 tapones. Los Nuggets caerían con claridad en semifinales ante San Antonio Spurs por 4-1. English jugó su mejor partido de la serie (39 puntos) en el encuentro que enterró las posibilidades de Denver.

Johnny Moore con una canasta a doce segundos del final dio la victoria a San Antonio y colocó el 3-0 en la serie.

El estilo ultraofensivo de los Nuggets tenía como contrapunto una escasa, casi nula, actividad defensiva. Kiki Vandeweghe (29,4 puntos) y Alex English (26,4 puntos) aparte de ser una fuente casi inagotable de puntos en ataque, también eran una fuente generadora de problemas en el aspecto defensivo.

El hecho de jugar tantos minutos juntos en la cancha pasaba factura noche tras noche. El récord del equipo se resintió y el equipo empezó a acumular más derrotas que victorias.

El clímax de esta apuesta al doble o nada por el ataque llegó el 13 de diciembre de 1984, en un partido disputado en el McNichols Arena.

Después de 48 minutos de tiempo reglamentario y 3 tiempos extra, Detroit Pistons y Denver Nuggets establecieron un récord de anotación conjunta vigente hasta el día de hoy.

Los Pistons se impusieron 184-186 en un partido en el que cuatro jugadores mejoraron su mejor registro anotador: Kiki Vandeweghe (51), Alex English (47), Isiah Thomas (47) y John Long (41).

Ambos equipos se combinaron para lanzar 251 tiros de campo y 117 tiros libres. ‘En aquella época sabías que si jugabas contra los Nuggets, iba a ser un partido de muchos puntos. No ejecutaban muchas jugadas, simplemente corrían y seguían corriendo. Te veías obligado a cambiar tu forma de jugar contra ellos’, comentaba Kelly Tripucka, que aquella noche anotó 35 puntos.

Los Nuggets accedieron a playoffs con un récord negativo y cayeron en primera ronda con Utah Jazz, tras ir venciendo por 2-1 en la serie y 116-110 a falta de ocho minutos del cuarto partido.

English (34 puntos, 10 rebotes, 6 asistencias) no pudo evitar la derrota de su equipo en el cuarto partido (124-129) y en el quinto y definitivo encuentro Utah no dio opción alguna a Denver (127-111).

Para paliar en cierta medida esta fragilidad defensiva, la directiva de los Nuggets, se planteó sacrificar a uno de sus dos puntales ofensivos. Carl Sheer, el general manager era partidario de traspasar a English, y lo intentó en varias ocasiones durante la temporada.

En una de estas operaciones, Chicago ofreció a Reggie Theus y una primera ronda del draft para hacerse con los servicios del alero de Denver. Pero Sheer fue cesado y el nuevo presidente de operaciones, Vince Boryla, traspasó a Vandeweghe a Portland en una gran movimiento para la franquicia de Denver, que recibió a Calvin Natt, Fat Lever, Wayne Cooper y dos rondas del draft.

Con este traspaso los Nuggets evidenciaron una ligera (muy ligera) mejoría en defensa. Al mismo tiempo que English se quedaba como principal referencia ofensiva, el resto de la anotación se repartió de forma más equitativa entre los demás integrantes de la plantilla.

Los Nuggets abrieron la temporada 84/85 con un sorprendente balance de 12 victorias y 2 derrotas después de encadenar 9 triunfos seguidos liderados por un soberbio Alex English: 31,3 puntos y 56% de acierto, y ningún partido por debajo de los 24 puntos.

El resto de la temporada fue discurriendo con dientes de sierra para los Nuggets, con picos muy altos de rendimiento alternados con crisis de juego. La única constante era la consistencia noche tras noche de English que acabaría la temporada con unas medias de 27,9 puntos 5,4 rebotes 4,2 asistencias y 52% en tiros de campo.

Alex English era sin duda uno de los mejores jugadores del campeonato, pero eso no fue óbice para que nunca olvidara sus orígenes humildes.

A principios de 1985, Etiopía era portada de los periódicos más importantes del mundo y abría todos los noticieros por una terrible hambruna que estaba matando a miles de niños todos los días.

Alex English al ver por televisión las desoladoras imágenes le dijo a su esposa Vanesa, ‘tenemos que hacer algo’. telefoneó a Larry Fleischer, consejero general de la asociación de jugadores y le propuso realizar una donación para ayudar al pueblo de Etiopía.

Gracias al impulso de English se recaudaron $200.000 para Interaction Ethiopian Fund durante el All Star de 1985 disputado en Indianapolis. Además se comprometió a viajar a Etiopía con un cámara para visitar algunas de las zonas más asoladas por la hambruna, en una iniciativa de un canal de televisión de Denver que corrió con todos los gastos.

Con las nuevas incorporaciones y Alex English como estrella indiscutible, los Nuggets lograron el título de la Midwest Division y el segundo mejor récord de la conferencia oeste. En las dos primeras rondas de playoffs.

Denver se tomó cumplida revancha de sus dos últimos verdugos: San Antonio Spurs y Utah Jazz. English destapó el tarro de las esencias.

Como si fuera un bailarín del Ballet del Bolshoi trazó sus pasos sobre la cancha ofreciendo una exhibición tras otra. Sus promedios: 30,2 pts 6,6 reb 4,6 ast 56% en tiros de campo y 90% en tiros libres. Los Nuggets de Doug Moe y de Alex English se plantaron en las finales de conferencia ante los todopoderosos Lakers.

La serie prometía ser una oda al baloncesto de ataque.

Pero en el choque que abría la serie, el partido prácticamente terminó al descanso (80-52), a pesar de los 30 puntos de English.

Denver presentó una cara totalmente distinta en el segundo partido, mucho más agresivos en defensa, sacaron del partido a Kareem Abdul Jabbar que fue expulsado por una agresión a Danny Schayes.

Alex English estuvo soberbio y anotó 40 puntos con una serie de 17 canastas en 31 intentos.

Añadiría 10 rebotes y 6 asistencias. Nadie esperaba un puñetazo como ése encima de la mesa de los Nuggets (114-136).

Los Lakers no cedieron ni a la presión ambiental ni a la altura de Denver y se impusieron con autoridad en el tercer partido (118-136).

Los Nuggets lucharon hasta el último aliento en el cuarto encuentro, que perdieron por una jugada desgraciada en la que cedieron 4 rechaces ofensivos a falta de 20 segundos.

English se rompió el dedo pulgar en el tercer cuarto cuando llevaba 28 puntos en 26 minutos, y dijo adiós a los playoffs. En el quinto y definitivo partido, los Nuggets cayeron por 153-109 sin su jugador estrella.

No tuvimos suerte en los momentos claves y tampoco con las lesiones. Fat Lever (hiperextensión), Wayne Cooper (distensión de ligamentos), Elston Turner (tendón de la corva), Mike Evans (rodilla) y Calvin Natt (rodilla) jugaron todos tocados”.

En ausencia de otro anotador consistente, la figura de Alex English se fue haciendo cada vez más importante. Así lo declaraba Doug Moe, ‘No me importa si lanza 40 veces a canasta, lo que me molestaría es que sólo lanzara 5 veces’.

English asumió ese papel y agradecía el trabajo de sus compañeros. ‘A veces cuando un jugador lanza muchos tiros, se crean situaciones en el que pueden aparecer los celos de los compañeros.

Afortunadamente aquí no pasa eso, mis compañeros me buscan y me animan a que siga tirando si tengo una buena opción’. En el estreno de la campaña 85/86, frente a los Warriors se hizo patente la ‘English-dependencia’ de los Nuggets en la faceta anotadora.

El alero de Denver abría la temporada anotando 47 puntos, casi un mes después registraba su tope de carrera en la victoria 127-113 contra Houston Rockets anotando 54 puntos.

Anotó 21 de sus 30 lanzamientos a canasta y los 12 tiros libres de los que dispuso. Bill Fitch, entrenador de los Rockets, probó con varios defensores Rodney McCray, Robert Reid y hasta Ralph Sampson.

Estos dos últimos se cargaron de faltas en su cometido de tratar de parar a English, pero todo fue inútil. El gran inicio de campaña adelantó las conversaciones para una extensión de contrato.

English y su agente presentaron una oferta de renovación de $6,5M, recibiendo $1,1M en la temporada 86/87 para crecer progresivamente hasta los $2,1M de la temporada 89/90. Los Nuggets rechazaron su propuesta en un primer acercamiento.

Me insultaron cuando me dijeron que presentara una oferta de otro equipo. Lo he dado todo por esta franquicia. Podrían haber presentado una contraoferta pero me dijeron directamente que buscara un equipo que igualara mi propuesta. ¿Acaso le dijeron los Lakers a Kareem que se buscara equipo o los Celtics a Bird?”.

En enero de 1986, Don Nelson, entrenador de los Bucks, elogiaba el gran momento de forma de Alex English tras endosarles 42 puntos. ‘Anota, pasa, parece que puede hacer de todo. Cuando le hemos doblado, ha hecho los pases adecuados. Lo hemos intentado todo, defensores pequeños, defensores grandes. Contra defensores más bajos anota en el poste, contra defensores más alto les saca de la zona y les carga de faltas. Hemos sido incapaces de frenarle’.

Precisamente fue Don Nelson el que no supo ver el potencial de English cuando jugaba en Milwaukee.

En el mes de Febrero después de varios meses de negociación, Sidney Schlenker, propietario de los Nuggets aceptó la oferta de renovación que les había propuesto English.

El jugador lo celebró anotando 38 puntos a los Bullets en una nueva victoria de Denver. Los Nuggets quedaron segundos de la Midwest Division por detrás de los Rockets liderados por Las Torres Gemelas.

La poca consistencia que mostraron como visitantes (13-28), estropeó el gran registro que habían logrado en el McNicholls Arena (34-7).

English estuvo luchando hasta la última semana por su segundo galardón de máximo anotador. Dominique Wilkins (30,3) en una apretada lucha con Dantley (29,8) y el propio English (29,8) sería el vencedor de esta clasificación.

A nivel individual fue una de las mejores temporadas del alero de Columbia: registró su mejor promedio de anotación, fue elegido dos veces jugador de la semana, incluido en el segundo mejor quinteto de la liga y como guinda había renovado su contrato, cuyos emolumentos estaban acorde a su rendimiento sobre la cancha.

Durante toda su carrera ha sido defendido por muchos especialistas defensivos. Jamás vi a ninguno que parara consistentemente a Alex” DOUG MOE

La primera ronda de playoffs deparó un enfrentamiento con los Trail Blazers. El morbo estaba servido, el duelo entre los dos cañoneros y excompañeros de ambos equipos English-Vandeweghe centró la atención de la serie.

Vandeweghe se llevó el duelo individual, pero English se anotó el duelo colectivo.

Cuatro puntos suyos en el último minuto del cuarto partido cuando el marcador señalaba empate a 110, certificaron la victoria de los Nuggets (112-116). En semifinales los Nuggets se toparon con un muro infranqueable… realmente fueron dos.

El duo interior de los Rockets arrasó las zonas y decantó la eliminatoria a su favor.

Entre Hakeem Olajuwon y Ralph Sampson promediaron en esta serie 53,5 puntos 26,0 rebotes 7,5 asistencias 4,0 robos y 5,7 tapones

El juego interior de Denver (Danny Schayes-Blair Rasmussen-Wayne Cooper) fue borrado del mapa.

Los Nuggets llegaron empatar la serie a 2 haciendo valer el fortín del McNicholls Arena.

Los 42 puntos de English en el sexto encuentro no pudieron evitar la derrota de Denver en un partido con doble prórroga.

Con 32 años ya cumplidos las posibilidades de conquistar un campeonato eran cada vez más remotas para English. La plantilla de los Nuggets sin apenas cambios no ofrecía garantías para abordar el asalto de objetivos más ambiciosos.

Sin embargo Flick, uno de sus primeros apodos en el mundo de la canasta, era una persona con diversas inquietudes y polifacético. El baloncesto era una parte importante de su vida, pero no la única.

Además de su gusto por las disciplinas artísticas, especialmente la poesía, English empezó a coquetear con el séptimo arte. En el otoño de 1986 formó parte del rodaje de la película ‘Amazing Grace and Chuck’. English encarnaba a un jugador de baloncesto, Amazing Grace Smith, estrella del equipo de los Boston Celtics.

La película trata sobre una inusual historia de amistad entre un joven pitcher que por convicciones morales decide dejar de jugar al béisbol, y una estrella de baloncesto que al conocer la historia del niño decide secundarle y solidarizarse con él dejando el baloncesto.

La película cuenta con la participación de Jamie Lee Curtis y Gregory Peck y fue estrenada en 1987.

Para el rodaje de la película se filmaron escenas de un partido real de pretemporada que los Celtics disputaron contra los Sixers, en dicho partido el personaje Amazing Grace Smith, o lo que es lo mismo, Alex English, vistió la camiseta número 31 de los Celtics y jugó con la franquicia de Massachusetts.

Faltaban 2:28 para finalizar el segundo cuarto del partido cuando English saltó a la cancha entre una gran ovación. En ese tiempo dio dos asistencias, robó un balón y anotó el único lanzamiento que realizó, su clásico ‘turnaround jumper’.

“Estaba un poco ansioso. No estoy acostumbrado a estar tanto tiempo en el banquillo. Me he sentido extraño con la camiseta de los Celtics. Lo que me más me ha gustado de todo ha sido pasar una semana y media aquí. Ha sido un honor compartir tiempo con un personaje como Red Auerbach que siempre ha sido respetuoso conmigo. Lo más curioso de la película es que interpreto a un tirador de 3 puntos y la temporada pasada anoté un sólo triple en todo el año”.

K.C. Jones, entrenador de los Celtics declaraba ‘me gusta mucho Alex. Ha sido un placer verle vestir la camiseta de los Celtics’. Cuando Larry Bird se cargó de faltas en el primer cuarto, Dennis Johnson sonrió y le dijo ‘ahora vas a tener minutos reales’.

Durante esa época se inició el proceso judicial de Kareem Abdul Jabbar contra Tom Collins al cual acusaba de haberle estafado por un valor de $9M. English, que compartía agente con Kareem, no quiso arriesgar su patrimonio y prescindió de los servicios de Collins, que también llevaba los asuntos de otras estrellas como Ralph Sampson o Terry Cummings.

En cuanto al tema estrictamente deportivo, los Nuggets se vieron asolados por las lesiones en el inicio de la temporada.

A las bajas eventuales de Wayne Cooper y Danny Schayes, se unió la de Calvin Natt para el resto de la temporada, que cambió por completo el enfoque y los objetivos del equipo. Denver a duras penas pudo clasificarse para playoffs con un balance de 37-45.

Alex English tuvo que multiplicarse en tareas ofensivas en ausencia de Calvin Natt, además de contar con la ayuda del hombre orquesta Lafayette Lever.

English terminó una temporada más entre los máximos anotadores, sólo superado por Michael Jordan y Dominique Wilkins.

Sus promedios finales fueron 28,6 puntos 4,2 rebotes y 5,1 asistencias.

Sus puntos contrariamente a los que es habitual en un anotador exterior, no venían precedidos de un abuso en el lanzamiento ni de malos porcentajes.

Poco antes de finalizar la regular season anotó 43 puntos contra los Spurs con una serie de 18 canastas en 22 intentos.

Como peor equipo clasificado de la conferencia oeste, los Nuggets se tendrían que ver las caras con Los Angeles Lakers.

La serie de playoffs entre estos dos equipos fue noticia por asuntos extradeportivos.

En Febrero de 1987, Alex English puso una demanda civil a Kareem Abdul Jabbar por dos préstamos por valor de $25.000 y $50.000 con un interés del 12% que el alero de los Nuggets hizo al pívot de los Lakers en junio y diciembre de 1985.

English demandó el pago de $150.000. Este asunto volvió a ser noticia de primera página con motivo del enfrentamiento entre ambos jugadores con sus respectivos equipos.

En el primer partido de la serie, contrariamente a la costumbre habitual no hubo encuentro de los árbitros con los capitanes (que eran Kareem y Alex English) con lo que se alimentaron aún más los rumores.

En lo que al juego se refiere no hubo ninguna historia en la eliminatoria. Denver fue barrido por los Lakers con tres derrotas por 23,12 y 37 puntos.

English estuvo muy bien defendido por A.C. Green quien prácticamente anotaría los mismos puntos que el alero de Denver (18,7 por 18,0).

Criado en un estado sureño, English no era ajeno a un fenómeno como el de la segregación social. Lo que no imaginaba es que tendría que ser testigo de ella en primera persona a finales de los 80 cuando el Wildewood Country Club situado a muy cerca de su hogar rechazaron su solicitud de ingreso por motivos raciales.

El hecho de que fuera un personaje homenajeado por su ciudad natal, no impidió que viviera un episodio de racismo.

Recordaba haber visto a miembros del Ku Klux Klan encapuchados en las afueras de Columbia y a dos hombres negros asesinados a tiros cuando intentaron entrar en una bolera de Orangeburg.

“La parte frustrante era que no se podía hacer nada al respecto. Terminarías recibiendo una paliza o yendo a la cárcel”.

El tendón de Aquiles acabaría con la carrera de Calvin Natt.

Esta circunstancia provocaría que los Nuggets se movieran en el mercado, y obtuvo dos piezas que rindieron por encima de los esperado: Michael Adams y Jay Vincent.

Esto, unido al crecimiento de Fat Lever, propiciaría que los Nuggets realizaran una extraordinaria campaña.

Conquistando un nuevo título de división con una victoria más (54) que Dallas Mavericks.

Las nuevas incorporaciones aportaron potencial ofensivo descargando a English de un exceso de responsabilidad ofensiva, lo que se tradujo en un ligero descenso en su promedio anotador, 25 puntos por partido.

Su registro más bajo desde la temporada 80/81. El envejecimiento de la plantilla y el estado físico de algunos jugadores trajo consigo una ralentización del ‘Run&Gun Offense’.

A pesar de contar con 34 años, el status de estrella de la liga se mantenía intacto como demuestra el hecho de que fuera el alero más votado de la conferencia oeste en las votaciones del All Star de Chicago por delante de jugadores como Xavier McDaniel, Karl Malone, James Worthy, Larry Nance, Mark Aguirre, Kiki Vandeweghe o Ralph Sampson.

Poco antes de este evento English zanjó sus disputas judiciales con Kareem Abdul Jabbar. El pívot de los Lakers que había demandado a Tom Collins por $59M recuperó parte de su dinero cuando al ex agente le fueron embargados algunos de sus bienes, abonando así las deudas pendientes.

La buena campaña de los Nuggets creó bastantes ilusiones entre los aficionados de Denver. En primera ronda se deshicieron no sin muchas dificultades de Seattle en cinco partidos.

English fue el máximo anotador de su equipo pero Xavier McDaniel bajó sus porcentajes de tiro.

En semifinales de conferencia con factor cancha a favor de Denver, los Nuggets dominaban la serie 2-1 cuando sufrieron las bajas de Fat Lever y Jay Vincent que terminaron con las esperanzas de Denver y de Alex English de hacer algo importante en la postemporada.

Alex English afrontaba con 34 años su decimotercera temporada. Protagonizando su propia versión de ‘Fausto’ conservaba su capacidad anotadora y sus elegantes movimientos sobre la cancha.

También gozaba de reconocimiento dentro del gremio de jugadores y entrenadores, y aunque surgían nuevas estrellas en la liga, mantenía su prestigio siendo elegido nuevamente como titular para el All Star de Houston en su octava y última participación.

Tras cumplir 35 años en el mes de enero era todavía uno de los mejores anotadores del campeonato. Sus más de 26 puntos por noche le convertirían en el primer jugador de la historia en encadenar 8 temporadas consecutivas con más de 2.000 puntos anotados.

Denver era un proyecto de equipo incapaz de competir contra los mejores equipos del oeste. Serían barridos por unos emergentes Phoenix Suns en primera ronda.

Y es que desgraciadamente para él, dos jugadores como Danny Schayes y Fat Lever estaban en precarias condiciones físicas.

Su trayectoria en los Nuggets era un círculo que se estaba cerrando. Tarde o temprano el paso del tiempo tenía que hacer mella en sus facultades.

Era su último año de contrato con los Nuggets y Doug Moe empezó a limitar sus minutos.

Se vio en la obligación de compartir tiempo de juego con Walter Davis, otro jugador de corte ofensivo y veterano. En los primeros 16 partidos de competición no llegó a disputar 30 minutos en ninguno de ellos. Durante esas más de dos semanas ni siquiera alcanzó el 40% en tiros de campo.

Su trayectoria siguió la misma dinámica hasta el ecuador de la competición. ‘Sé que no soy tan rápido ni salto tanto como antes, pero sé que todavía puedo jugar a un buen nivel. Prácticamente tengo el mismo rol que antes, sólo que ahora tengo que hacerlo jugando menos minutos’.

La situación inevitablemente afectó a la idílica relación hasta aquel momento entre English y Doug Moe. Esta situación estalló en un partido en el que Moe dejó sentado a English durante todo el segundo tiempo. El entrenador se excusó diciendo que con la tensión del momento se había olvidado de él.

¿Cómo es posible olvidarte de un jugador que ha sido 8 veces All Star?. Si están dispuestos a pagarme 2 millones de dólares por sentarme en el banquillo, está bien, pero yo tengo orgullo y dignidad. Es una broma y me niego a seguir adelante con esto”.

A medida que pasaron los meses, English fue adaptándose a este nuevo rol dentro del equipo y se mostró más efectivo.

Pasó de anotar 14.6 puntos en 24 minutos con un 44% de acierto, a promediar 20,1 puntos en 28 minutos y un 51%.

Sus promedios totales fueron 17,9 puntos 3,6 rebotes y 2,8 asistencias y 49% de efectividad en el tiro.

Denver ganó 43 partidos y se clasificó a los playoffs como 7º cabeza de serie para ser barridos en 3 partidos por San Antonio Spurs.

Aquellos fueron sus últimos playoffs. Su nombre se uniría al de otros ilustres jugadores que acabaron su carrera sin conquistar un campeonato.

Las dos ocasiones en las que Denver parecía tener más argumentos para competir con los mejores equipos de la liga, fue víctima de las lesiones.

Preferiría terminar mi carrera en Denver, pero no quiero hacerlo si voy a estar cuestionado por la afición, por la prensa o por el entrenador’.

English terminó su etapa en los Nuggets como líder de la franquicia en puntos (21.645), asistencias (3.679), partidos (837) y minutos (29,893).

Como agente libre, decidió escuchar ofertas esperando encontrar un equipo que igualara los $2M que cobró en su último año en Denver.

Dallas Mavericks que acababa de perder a Sam Perkins, se mostró interesado en English.

Finalmente hubo acuerdo entre la franquicia tejana y el jugador, que firmó un año de contrato por $1,5M y otro año más opcional. ‘Estamos muy contentos, hemos conseguido a un alero de prestigio que suplirá los puntos de Perkins’, comentaba Richie Adubato, técnico de los Mavericks, después de la firma de su contrato.

‘Por fin estaré en un equipo con aspiraciones al título’ exclamaba ilusionado Alex English, pero sus optimistas previsiones no podían estar más alejadas de la realidad.

Durante la segunda mitad de la década de los 80, los Mavericks fueron creciendo progresivamente hasta establecerse como una posible alternativa al trono de los Lakers en el Oeste. Apenas dos años antes, habían forzado al equipo angelino hasta un séptimo partido en las finales de conferencia de 1988.

Pero aquello no fue más que el punto de inflexión de ese proyecto, la temporada siguiente intercambiaron a Mark Aguirre, cuya moneda de cambio Adrian Dantley, también dejó el equipo la temporada anterior.

Habían perdido a Sam Perkins en la agencia libre, y el jugador llamado a constituirse como la piedra angular del futuro de Dallas sólo pudo disputar cinco partidos, presa de una lesión y del consumo de alcohol y drogas.

Tampoco English calibró bien lo que podría aportar al equipo en estas condiciones ya con 36 años. Su papel fue el de suplente de Rodney McCray durante toda la temporada, su promedio anotador fue el más bajo desde su etapa en Milwaukee (9,7 puntos) y sus porcentajes fueron los peores de su carrera (43,9%).

Los Mavericks pasaron de ganar 47 partidos la temporada anterior a 28 la siguiente temporada. Años más tarde English definió la decisión de firmar por los Mavericks como uno de los mayores errores de su carrera, porque durante las negociaciones con la franquicia tejana, había recibido también una oferta de los Jazz de Utah.

Admiraba a Jerry Sloan como jugador y como entrenador. Era duro al igual que Doug Moe, pero era un entrenador de jugadores. Los Mavericks estaban atravesando por un momento delicado de su historia y no era el lugar adecuado para el final de la carrera de un jugador veterano. Creo que con Jerry Sloan podría haber jugado dos o tres años más en la NBA, porque él fue jugador y sabía manejar esas situaciones”.

English puso fin a su etapa en la NBA tras ser cortado por los Mavericks en Octubre de 1991.

Lo hizo como el séptimo anotador histórico, sólo por detrás de Kareem Abdul Jabbar, Wilt Chamberlain, Moses Malone, Elvin Hayes, Oscar Robertson y John Havlicek.

Meses después, recibió una oferta desde el otro lado del Atlántico para prolongar su carrera.

Nicola Di Piano, máximo dirigente de Basket Napoli consiguió su contratación para afrontar la segunda vuelta de la competición de la A-2.

Formando pareja con Walter Berry, estuvieron a punto de ayudar al equipo napolitano dirigido por Joe Isaac a regresar a la A-1, pero perdieron el partido decisivo ante el Kleenex Pistoia.

En 18 partidos con el equipo del sur de Italia, promedió 13,9 puntos y 4,8 rebotes.

Durante su estancia en Italia, además de disfrutar de la riqueza cultural e histórica del país transalpino, también despertó una gran admiración por el gran ídolo de la ciudad de Nápoles, Diego Armando Maradona, o como el propio English le conocía ‘simplemente Diego’.

Me quedé sin la satisfacción de saludarle en persona. Era increíble la fascinación que producía en la gente. Era un fenómeno similar al que se producía en Estados Unidos con Michael Jordan”.

Tras la experiencia europea, Alex English estuvo durante todo el verano esperando ofertas mientras se entrenaba por cuenta propia en su casa de South Carolina.

Tras no recibir ningún ofrecimiento por parte de ninguna franquicia NBA, anunció su retirada a finales de octubre de 1992, al mismo tiempo que anunciaba su incorporación a la Asociación de jugadores de la NBA (NBPA) como director de programas y servicios para los jugadores.

En esas fechas los Nuggets ofrecían un comunicado por el que pedían disculpas públicamente por el trato dispensado a Alex English en su salida de la franquicia. ‘Como organización, en los últimos cinco o seis años, hemos perdido el rumbo, queremos pedir disculpas a Alex por ser una de las víctimas de nuestros errores’.

Afirmaba Tim Leiweke, presidente de operaciones de la franquicia, al mismo tiempo que anunciaba la decisión de la retirada de la camiseta número 2 de Denver que English había vestido durante una década.

La camiseta arcoiris de los Nuggets es todavía hoy en día una de las más vendidas, casi 30 años después.

En 1997 Alex English veía reconocida su trayectoria en el mundo de la canasta con su inducción en el Basketball Hall of Fame junto a leyendas como Pete Carril, Don Haskins, Joan Crawford, Denise Curry, Bailey Howell y el español Antonio Díaz Miguel.

English eligió a Julius Erving y su hijo Alex Jr. para realizar el discurso de introducción al Salón de la Fama.

Tras varios años realizando su labor en la Asociación de jugadores, con varias apariciones en algunas películas como ‘Eddie’ o ‘The Definite Maybe’, se adentró en el mundo de los banquillos aceptando una oferta como entrenador jefe de North Charleston Lowgators de la liga de desarrollo.

Después de aquella experiencia hizo de asistente en Atlanta, Philadelphia y Toronto.

En 2014 aceptó un puesto como analista para SEC Network. Desde entonces ha sido miembro del programa del Departamento de Estado ‘Spots Envoy’, realizando y organizando eventos y clinics de baloncesto en áreas marginadas.

También viene participando del programa ‘Basketball without borders’, fue nombrado como Embajador de la NBA, y viaja por todo el mundo para impartir clases en colaboración con varias Academias de baloncesto.

Echando la vista atrás, recordar la carrera de Alex English, es como intentar visualizar un cuadro que has visto en un museo.

Aunque no lo tengas delante eres capaz de recordar todos los matices que hacen de él una obra de arte. La elegancia en los movimientos de Alex English se han grabado en el imaginario colectivo de aquellos que pudieron ser testigos de su carrera.

La estética de su juego eclipsó en cierto modo sus grandes registros individuales.

Al igual que pasó con algunos grandes jugadores, la ausencia de un campeonato en su palmarés limita en cierto modo su impacto en la historia de nuestro deporte, pero eso no debe ser óbice para reconocer la gran carrera de un anotador consistente como pocos y elegante como ninguno.

Para cerrar esta publicación no se me ocurre una descripción mejor de su juego que la que hizo su compañero Dan Issel en su biografía ‘Parting Shots’

Lo que hace Alex English es tan extraordinario. Trabaja la línea de fondo como Rembrandt trabajaba sus lienzos: tan suave, tan flexible. Tiene unos brazos tan largos y suelta el balón desde tan arriba que nunca tiene problemas para conseguir lanzar a canasta”

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