Psicología y deporte: Sintiendo el flow

Psicología y deporte: Sintiendo el flow

Posted on 18 octubre 2015, by ACtiva&Mente Psicología De inmediato, se podía ver que la racha había terminado. Cuando se volvió y se dirigió ha

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Posted on 18 octubre 2015, by ACtiva&Mente Psicología

De inmediato, se podía ver que la racha había terminado. Cuando se volvió y se dirigió hacia la tribuna, Michael Jordan miró al puesto de transmisión donde se encontraba Magic Johnson y se encogió de hombros, como diciendo, “Va más allá de mí“, “Está sucediendo por sí mismo

Fue el primer partido de las finales de la NBA de 1992, los Bulls contra Portland. Air Jordan sólo había anotado su sexto triple consecutivo, y en ese momento parecía que incluso él estaba abrumado por la inmensidad de su talento. Y esa fue su revelación . Se volvió auto-consciente, y así es como perdió esa ventaja, ese punto de concentración en el que se olvidan las limitaciones y el espíritu es libre para alzar el vuelo. Incluso en el caso de Michael Jordan, el tiempo de visita al Olimpo es limitado. Michael Jordan no es ningún atleta común, y su exhibición sin duda tampoco lo era. Pero a pesar de su espectáculo, su experiencia no es tan inusual, después de todo.

El fenómeno descrito a través de este momento épico en la carrera del gran Michael Jordan, es lo que conocemos hoy como flow. Se le ha dado este nombre por la similitud de la experiencia con el fluir del agua que se desplaza con la corriente, dejándose llevar por ella. Muchos deportistas de élite, pintores, músicos, cirujanos y otros profesionales de diferentes artes y ciencias han experimentado estados de flow en la actividad para la que son expertos. El psicólogo Mihály Csíkszentmihályi halló en su prestigioso estudio sobre el fluir su carácter universal basándose en cómo lo vivencian personas de distintas condiciones y ámbitos.

De sus relatos se extraía una descripción similar en cuanto a la fenomenología experimentada durante este estado. Todos ellos habían pasado por una experiencia de flow en sus vidas en la que se sintieron en armonía con lo que estaban haciendo y con una sensación de claridad mental y ligereza.

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Pero qué es el flow? Se trata de un estado psicológico y como tal, resulta más fácil vivenciarlo que definirlo, sin que uno pueda llegar a entenderlo del todo sin haberlo experienciado en su piel. Sin embargo, sí podemos aportar una serie de características que son la parte común de los relatos de aquellos que han vivido el fluir.

La primera de ellas va intrínseca en su denominación, es la falta de esfuerzos durante ese estado de máximo rendimiento. Esto no se debe confundir con la pasividad, en flow uno está activo y centrado en la actividad. Y aquí está la segunda de las condiciones para entrar en flow, la atención ha de ser plena, de tal manera que uno se encuentra concentrado en lo que tiene entre manos. Es tal la inmersión en el momento que cualquier cosa que ocurra alrededor, durante ese estado uno no se percata de ello, como si todo lo demás desapareciera y sólo quedara aquello hacia lo que se dirige el flow.

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La imagen de Andrés Iniesta rodeado de jugadores italianos nos recuerda a las mejores jugadas de ‘Oliver y Benji’

Suena bien esto del flow, verdad? Una experiencia que nos lleva a dar lo mejor de nuestras capacidades sin hacer ningún esfuerzo. Es un concepto muy tentador, seguro que a más de uno le ha entrado curiosidad por saber cómo entrar en estado de fluir. En este punto he de decir que este fenómeno aunque sí requiere una intención no es algo que se encuentra si se busca sin más.

De algún modo, al flow se llega, no se entrena. No es casualidad que las personas que han formado parte del estudio citado anteriormente respondieran con sorpresa a esta experiencia de entrar en “la zona”. Uno puede buscar las condiciones para maximizar la probabilidad de alcanzar el flow, pero es un fenómeno espontáneo quedando fuera del control de la actividad consciente.

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El fluir es como una coreografía en la que los diferentes elementos involucrados constituyen una constelación perfecta. Está la forma física de los bailarines que debe adecuarse al nivel exigido por el baile así como sus capacidades para el mismo. Estas condiciones están en función de la historia personal de cada uno e incluyen entrenamiento, talento y también la disposición para bailar en ese momento y en ese lugar. También debe darse una buena coordinación entre los bailarines a la hora de la puesta en escena.

Luego está la música que acompaña al baile, notas y pasos deben fusionarse en armonía. Por encima de todo ello está el resultado final que es la conjugación de todos esos elementos que forman el baile en sí. En el flow pasa lo mismo que en la danza, tienen que haber un equilibrio entre persona, actividad y momento, y entonces es cuando uno entra en ese estado de dejarse llevar por los movimientos al son de la música.

Conocemos cuáles son esas condiciones en las que se da ese estado de fluir y que podemos llevar a nuestra vida diaria. Antes de nada elige una actividad que te apasione, en la que no te importe perder la noción del tiempo practicándola. A su vez, debe ser una que pueda convertirse en un reto para ti, ni muy fácil ni muy difícil, planteátelo como un desafío. Cuando la tengas escoge un momento del día y un espacio en el que tengas la ocasión de dedicarte a ella por completo. Es muy importante que esté libre de distracciones, procura eliminar todo aquello que pueda llevar tu atención a otro lado que no sea esa actividad.

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Cuando empieces tu práctica debes tener en cuenta que entrar en estado de flow lleva su tiempo, y que cuánto más entrenes esa capacidad de focalizar tu atención en lo que estás haciendo en ese momento, más te acercarás a la experiencia del flow. Trata de disfrutar de cada paso que das, aprecia todos los detalles de la actividad. Así mismo, reconoce tus progresos, aprende de ellos, al igual que de aquello que te bloquea.

La información que necesitas para seguir adelante es la que tendrás con tu propia experiencia, préstale atención y toma de ella lo que necesites en cada momento. Recuerda premiar tus avances sin perder de vista tu motivación a la hora de escoger la actividad que ha de resultar gratificante en sí misma. Esto no supone que vaya a ser fácil, de hecho no lo va a ser, pero tu actitud de superación está al servicio de la finalidad por la que iniciaste este camino. En los momentos de inflexión evoca esos pensamientos y sentimientos de tu primer día, en el que tus valores estaban a flor de piel.

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Puede que el concepto de flow te recuerde a lo que hablamos sobre la práctica de Mindfulness. En esta última el objetivo es poner atención plena a lo que sucede en el aquí y ahora. En el estado de fluir también la atención está centrada en el momento pero la finalidad es distinta ya que lo que se busca es un objetivo concreto que va unido a la actividad en marcha.

Sin embargo, el Mindfulness es una herramienta útil que sí podemos entrenar para alcanzar el estado de flow. La práctica de la atención plena nos ayuda a potenciar la capacidad para experimentar el momento en todo su esplendor, incluida la actividad elegida para focalizar nuestra energía en ella.

El aprender a ser consciente de las sensaciones corporales y de los estímulos que percibimos con nuestros sentidos es el primer paso para encaminarnos hacia el flow. Es la vía hacia la excelencia para la que estamos dispuestos a prepararnos e invertir nuestro tiempo y constancia.

Lo paradójico del estado de flow es que sólo sabes que llega cuando ya se ha ido, cuando aterrizas de nuevo en la realidad que has perdido de vista mientras estabas en tu máximo esplendor. Pierdes el sentido del tiempo, del espacio y de todo lo que acontece durante la visita del fluir. Pero si hay algo que permanece en tu mente de principio a fin, es esa meta definida y clara por la que deseas vivir esta experiencia.

Ahora piensa, qué es aquello por lo que crees que vale la pena sumergirte en cuerpo y alma.

Vive tu flow, fluye en tu vida…

 

COMENTARIOS

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    Cristina 8 años

    Muy interesante. Para aplicarlo a todos los momentos vitales y profesionales

  • DISQUS: 0

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