El diván del deportista. EL RETIRO Por Manu Redonda. 17/11/2016 @ManuRedonda Cuando me comentaron que tenía que viajar a Madrid por trabajo n
El diván del deportista.
EL RETIRO
Por Manu Redonda. 17/11/2016
Cuando me comentaron que tenía que viajar a Madrid por trabajo no me hizo mucha gracia, más bien ninguna, solo eran dos semanas, pero cuando tienes niños y estás acostumbrado a estar todos los días con ellos, se hace duro pensar en pasar quince días sin verlos. Poco a poco lo vas asumiendo y empiezas a pensar las cosas buenas que te puede deparar un viaje así. Lo primero es la experiencia laboral, que no nos equivoquemos, es el motivo principal por el que vamos, pero también tenía muy claro que tenía que aprovechar el tiempo libre en buscar algo de provecho y como no podía ser de otra manera ¿qué es lo primero que se me viene a la cabeza?, pues si correr.
Empecé a pensar que había que aprovechar estas dos semanas para entrenar prácticamente todos los días, tenía claro que un día quería ir a la sierra, a buscar un buen entreno de montaña, lo dejaré para la última semana, pero para la primera tenía en mi cabeza un lugar emblemático para los runners, el parque del retiro. Desde siempre había leído o escuchado que si había un lugar en Madrid donde podías cruzarte con cientos de corredores, ese no era otro que el retiro. Así que a los dos días de estar en Madrid, cogí el coche, la ropa de correr y allá me fui. Después de dejar el coche en un parking, me vestí y me dirigí al parque, entré por una puerta de las muchas que nos encontramos a lo largo de ese impresionante lugar, me hice el selfie de rigor para inmortalizar el momento y me preparé para empezar.
Cuando todavía estaba poniendo el reloj en marcha y ajustando los auriculares, ya me llamó la atención que en apenas 3 o 4 minutos pasaran por mi lado unos 10 ó 15 corredores, cada cuál en un sentido diferente, entonces me quedé pensando que dirección tomar. En ese momento pasaban dos chicos a buen ritmo y me lancé tras ellos. Empecé a cruzarme a gente como si de una carrera se tratara, no podría decir una cifra de la gente que en esos momentos se encontraba corriendo, pero dudo mucho de que no rondaran las 500 personas. Había gente de todas las edades y de ambos sexos, cada uno en su mundo, unos rápidos, otros lentos, unos equipados en plan pro, otros de chandal, incluso una señora llevaba unas Ray-Ban de aviador, pero todos tenían algo en común, estaban corriendo, estaban haciendo del Running una forma de vida.
A los 5 minutos de empezar, me di cuenta que estaba ante un momento diferente, aquello no tenía nada que ver con correr por el monte, con correr por todos los lugares por donde entreno en mi día a día. No digo que sea mejor o peor, evidentemente para mí lo mejor es el monte, pero aquello era diferente, por lo que rápidamente me quité los auriculares, no quería que nada me hiciera perder ni un solo segundo de aquel momento mágico que estaba viviendo, iba corriendo y me iba fijando en todo, en las familias que paseaban, en los obreros haciendo trabajos de mantenimiento, la gente que iba a la biblioteca a estudiar y como no, en todos y cada uno de esos corredores con los que me cruzaba a cada segundo. Por momentos me sentía parte de la historia de este deporte, estaba entrenando donde tantos miles de atletas lo habían hecho y lo siguen haciendo, fue una experiencia única, en un circuito por cierto bastante rompepiernas, con continuas subidas y bajadas.
Cuando ya por fin terminé de hacer unos 12 kms, me quedé estirando y contemplando aquellos jardines que tantas veces había visto por televisión, alguna foto más para el recuerdo y ya camino del coche con el orgullo de poder decirle a todo el mundo que yo un día entrené en el parque del retiro.
Psicólogo Organizacional / Consultor Senior de RRHH especialista en Selección, Formación y Desarrollo de personal.
Inquieto, polivalente, curioso, me gusta aprender de todo y de tod@s, y con buena cara y una gran ilusión, actuando siempre desde la máxima responsabilidad y profesionalidad.
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