Xavi Pascual: clonar a la bestia de equipo o reinventarse

Xavi Pascual: clonar a la bestia de equipo o reinventarse

Xavi Pascual cogió las riendas siempre difíciles de entrenar a un grande como el Fútbol Club Barcelona un 14 de febrero de 2008, tras la destitución d

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Xavi Pascual cogió las riendas siempre difíciles de entrenar a un grande como el Fútbol Club Barcelona un 14 de febrero de 2008, tras la destitución de Dusko Ivanovic, del cual había sido su ayudante durante dos años y medio.

Parecía un relevo temporal hasta final de temporada, a la espera de trabajar en la contratación de un entrenador de más prestigio y contrastado, pero los resultados obtenidos esa temporada, tanto en Euroliga como en ACB hizo que la el Club decidiera darle la oportunidad de comenzar de cero una temporada entera, y parece que no ha ido nada mal, a tenor dl tiempo en un banquillo de esta exigencia (el próximo 14 de febrero hará 8 años de su pase a primer entrenador, 18 títulos conseguidos,  siendo la temporada pasada la primera en que no ha conseguido ningún título).

Su primera temporada entera, la 2009-2010, se consiguió ganar la Liga ACB contra un superpoderoso Tau Cerámica, quien no recuerda aquel triplazo de Basile, con el factor cancha en contra y por un resultado total de 3 victorias a 1. Objetivo cumplido, y a por otra temporada más.

Ese verano, hubo movimientos importantes en los despachos, Creus trabajó día y noche, para acabar fichando un quinteto de lujo, se ficharon hombres más que nombres, aunque a Laporta siempre le gustó dar su toque en forma de fichaje galáctico, como Ronaldinho en el fútbol en su día o Henry, ese nombre, fue el de Ricky Rubio.

Junto a Ricky Rubio llegaron otros jugadores, contrastados, de una calidad innegable y en una edad perfecta, jugadores de equipo, de esos que van a la guerra, y que toman responsabilidades y no les tiemblan las manos en los momentos calientes, la mayoría de ellos con experiencia ACB, siempre un tema importante éste.

Ricky Rubio fue la guinda, aunque tampoco sus dos temporadas fueron espectaculares, puesto que su cabeza estaba ya en la NBA, y que además a Xavi Pascual le ha costado trabajar con bases que se salen del guión, salvo casos excepcionales.

Llegaron ni más ni menos junto al mencionado Ricky Rubio, Pete Mickeal, Erazem Lorbek, Boni Ndong y Terence Morris, casi nada. No recuerdo un elenco de incorporaciones de tal nivel en el baloncesto europeo, a lo mejor si en nombres, como venía siendo costumbre, por ejemplo sin ir más lejos el Olympiakos, o estos últimos años el CSKA, pero no a nivel de equipo, que unidos a un Juan Carlos Navarro en su mejor momento deportivo (casi nada), un Basile , que tanto te clavaba tres tiplazos seguidos como te anulaba a la estrella exterior del equipo contrario, la zurda asesina de Jaka Lakovic, ese killer con cara de niño que tanto me recuerda a Jayce Carrol, salvando las diferencias, un Fran Vázquez que intimidaba en la zona con esos brazos como una torre gemela, aparte de su tiro exterior de 4 metros, y ese juego por encima del aro tan difícil de parar.

Y a ellos añadimos la experiencia, la defensa, el juego de equipo de jugadores como Sada, un gran tercer base, excelente defensor y con unos muelles importantes, Jordi Trías un jugador serio y que daba unos buenos minutos en la rotación en el juego interior, Lubos Barton otro jugador de equipo, con un tiro aceptable y un buen juego al poste bajo y finalmente Roger Grimau, el capitán, poco ortodoxo en su juego, pero que defendía como un jabato y penetraba entre las defensas contrarias de una manera muy efectiva.

Excelente equipo, muy equilibrado entre el juego interior y exterior, con jugadores ofensivos, defensivos, líderes para tirar del carro y sobre todo con una enorme ilusión por ganar, sobre todo la Euroliga, que ya se estaba rozando desde años antes.

La temporada ACB, en lo que fue la liga regular acabó con el Barcelona en primera posición con sólo tres derrotas en 34 jornadas, con un diferencial de casi más 16 puntos por partido. El equipo fue un rodillo, un juego coral, de equilibrio, donde cada jugador tenía su rol y lo aceptaba, sin olvidarnos de las individualidades.

Pero llegaron a la final sin conocer la derrota en cuartos y semis y se encontraron a un Caja Laboral que no les dio opción y les endosaron un serio correctivo, un inapelable 0-3, quien no recuerda aquella mítica canasta de San Emeterio.

Había caído la Supercopa de España y la Copa del Rey, ambas contra el eterno rival, dando toda una exhibición en esta última y posteriormente la Euroliga en París, primero venciendo en las semifinales al CSKA de diez puntos, 64-54 y la final ante el Olympiakos, un equipo de nombres pero donde reinaba la anarquía y el juego individual, donde los azulgranas vencieron por 18 puntos en un partidazo por 86-68., con un grandísimo Juan Carlos Navarro, que fue elegido el MVP de la misma.

Ricky Rubio pudo al año siguiente ganar la Liga y resarcirse de la derrota en liga contra el Caja Laboral, antes de marcharse a la NBA. Lo que parecía un ciclo imperial, se fue viniendo abajo por diferentes motivos, aunque títulos no faltaron, los fichajes ya no ilusionaba, Navarro entraba en la recta final de su carrera, el juego del equipo no era atractivo, aunque gracias a Lorbek, Mickeal y Navarro fueron cayendo títulos, como Ligas, Supercopas y Copas del Rey, hasta que el Real Madrid con Pablo Laso y un cambio en su política de fichajes empezó a plantarle cara al Barcelona, hasta el punto de que los madridistas ganaron el año pasado todas las competiciones.

Para mí, ese año y ese equipo fue de lo mejor que he visto en el baloncesto nacional y también a nivel de Europa.

Y nos situamos en el año 2015, tras un año en blanco, el primero de Pascual sin títulos, después de una temporada donde se ficharon nombres, jugadores con calidad pero de poca garra y sangre, y tras un verano movidito llegaron siete fichajes, el tiempo dictará sentencia, pero no esperen aquel Barça, por más que se intente clonar a aquella bestia de equipo.

Ahora en la ACB jugador mínimamente que destaca ya se va a la NBA, por no hablar de los pívots, cualquiera juega allí, caso Dorsey por ejemplo sin ir muy lejos, o Pleiss que ahora está jugando la Liga de Desarrollo tras fichar por Utah a razón de 8 millones de dólares por tres años y tras un paso testimonial por el Barcelona, o Hezonja, joven promesa croata que sin destacar en Europa ya ha saltado el charco, siendo elegido en el número 5 y que a día de hoy su rendimiento no pasa de ser discreto.

Aparte han aparecido con fuerza y dinero, sobre todo esto último los Rusos y Turcos, llevándose a casi todos los mejores jugadores que no están en la NBA, o incluso la liga China.

La presión fiscal en estos países es mucho más baja, por lo que si la ficha por ejemplo de Spanouilis, pongamos el caso es de 2.400.000 euros aquí en España se le tendría que pagar más de 4.000.000 de euros.

Pascual ha renovado hasta 2017, pero cada partido es mirado con lupa, y sabe que su ciclo está más cerca del final que del principio. El año pasado optó por un equipo más ofensivo, de jugadores con talento intentando reinventarse y le salió mal, claro que el nivel del Real Madrid fue altísimo así que este año ha intentado “clonar a aquella bestia” de equipo como diría el gurú de la formación y consultoría Emilio Duró.

Pero Arroyo no es Ricky, Perperoglou (grandísimo fichaje) tampoco Mickeal, Lawal no es Ndong, ni Samuels tampoco Morris ( que clase que tenía en americano), aunque Samuels tiene más parecido con Jawai al menos en el aspecto físico, Navarro y Oleson ya están en la recta final de sus carreras, y tenemos a un Real Madrid más potente, entre otros factores.

Pero sobre todo hay un nombre que es el de Navarro, tan sólo con que el de Sant Feliu de Llobregat estuviera al 90% de aquel jugador que fue cambiaría muchísimo la cosa, recordemos que aun  jugando estos tres últimos años con molestias fue MVP de la final de liga 2014, en que vencieron contra pronóstico a los blancos.

Ante la pregunta de clonar a la bestia o reinventarse, mi respuesta es clonar, pero no a la bestia de equipo, si no a la bestia de jugador llamado Juan Carlos Navarro.

Otros seguro que dirán que ya ha acabado su ciclo y que toca cambiar de entrenador.

Lo que si está claro es que Pascual se la jugará fiel a su estilo guste o no guste.

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