Carlos Ruf Osola @kalleruf 29/05/2017 Parafraseando un dicho muy popular entre jugadores y entrenadores de ese deporte que se j
Carlos Ruf Osola
@kalleruf
29/05/2017
Parafraseando un dicho muy popular entre jugadores y entrenadores de ese deporte que se juega dándole patadas al balón, “de los árbitros, prefiero no hablar“.
Pues sí, yo voy a hablar y lo haré desde la óptica de quien fue jugador en su momento y de quien ya tiene una cierta edad y algo de criterio quiero pensar, y el cual te da la libertad, llegado a estas alturas de la vida el hecho de no querer agradar ni ofender a nadie a propósito, solo faltaría.
En la vida civil hay quien gobierna, quien elabora las leyes y quien las juzga y éstas se han de hacer cumplir y en este contexto es donde los árbitros entran , y nunca mejor dicho, en juego.
En nuestra cultura, al que tiene la potestad de juzgar, le es tarea casi que imposible el poder agradar a todo el mundo, simplemente ha de guiarse por lo que ve, u oye, y posteriormente interpreta de todo eso, pero va por delante que es un humano, por lo que hemos de saber que se puede equivocar. Aparte de los prejuicios que haberlos haylos, también existe “cierto odio”, que genera aquella persona que te mira para castigarte.
En el baloncesto, el papel del árbitro y lo quiero dejar bien claro, es ciertamente muy complicado, pero alguien tiene que asumir esa función.
Poneos a arbitrar una pachanga a vuestros amigos, y veréis como aquellos coleguitas de bar, se convierten en unos energúmenos contigo.
Hay varios factores que con el tiempo vas comprendiendo.
Lo primero, ya te puedes quejar de que te han empujado o tocado la mano al tirar, que sólo tú tienes esa sensación, el árbitro no tiene tu mano y no nota ese contacto.
Al ser un deporte en el que hay contacto y los cuerpos son grandes, han de interpretar no sólo los gestos del defensor, si no las reacciones del atacante.
Todo pasa tan rápido, que han de pitar sin miedo y con total seguridad.
Una de las frases más descaradas y más insultantes de cara al arbitraje, y que considero aparte de un órdago, una verdadera chulería es aquella de “haz veinte faltas y pitaran quince, haz sesenta y pitarán veinte“,a eso se le llama como marcar un nivel de bien al principio.
Ya lo he oído mucho a entrenadores lo de “marcar el nivel de la falta muy arriba“.
Los árbitros han sido insultados, ultrajados, odiados por el público, donde entrenadores y jugadores les ponen una presión extra y hacen también que la afición les presione y vaya de que manera, habiendo verdaderos especialistas en ello tanto en mi época como en la actualidad.
Y ahí están, tan tranquilos aparentemente, impasibles y con la mente concentrada en ver los siguientes pasos, tres segundos o falta en ataque.
Desde estas líneas quisiera trasladar mi profunda admiración a un colectivo al que cuando jugaba siempre tenía muy en cuenta, siendo cuando juegas lo mejor que puede pasar que pasen desapercibidos y que sin más aceptes sus decisiones, es mucho mejor, y es que de partida hay que saber hay que pueden fallar, al igual que tú puedes fallar un tiro.
No hay nada peor y fijaos en algún partido, cuando un jugador se desconcentra, y no para de quejarse, acabando siempre igual en los típicos lamentos de “que falta que no me pitaron”, dejando de bajar a defender, siguiendo con las protestas protestando y quejándose por esa falta que ha entiende ha recibido y que no ha sido pitadas, y que suele acabar con una técnica al canto y pase ud directo a chupar banquillo hasta nuevo aviso.
Si quieres ayudar al espectáculo, por favor dejad a los árbitros que hagan su labor, no es nada fácil, en serio háganme caso, que sé muy bien de lo que estoy hablando…
Psicólogo Organizacional / Consultor Senior de RRHH especialista en Selección, Formación y Desarrollo de personal.
Inquieto, polivalente, curioso, me gusta aprender de todo y de tod@s, y con buena cara y una gran ilusión, actuando siempre desde la máxima responsabilidad y profesionalidad.
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