Hoy seguimos con otra petición, un jugador al que ya le tenía muchas ganas de hacer un artículo, pues sin duda alguna fue uno de los mejores jugadores
Hoy seguimos con otra petición, un jugador al que ya le tenía muchas ganas de hacer un artículo, pues sin duda alguna fue uno de los mejores jugadores que pasaron por nuestra liga en la década de los 90, en Málaga no lo olvidan, pues allí pasó 5 años deleitando a la exigente afición malagueña con su juego.
Hablamos de Serguéi Anatólievich Babkov, quien para mí lo reunía casi todo para triunfar, gozaba de un buen tiro, defendía gracias a su potente físico y poderosas piernas bastante bien, y vaya como penetraba a canasta, además era el típico jugador al que no le pesaba la responsabilidad para jugarse las pelotas calientes, siendo un jugador muy fiable y seguro, de hecho muchos aún se están tirando de los pelos al pensar en aquel tiro de 3 que se jugó Ansley en aquella final de liga, año 95, pues pensaban y siguen aún pensando que ésa era una bola para nuestro protagonista.
Babkov era un escolta de 1.96 metros , nacido en la fría Rusia (Novosibirks), capital de la cultura y la arquitectura de Siberia hace ahora 52 años, formándose en el equipo de su ciudad, donde muy pronto empezaría a destacar, sus condiciones para este deporte eran excepcionales, a mí y salvando las distancias me recordaba a Sarunas Marciliounis, en lo que se refiere a físico y potencia para atacar el aro.
Sus grandes actuaciones y excelentes cualidades para la práctica de este deporte llamaron la atención de varios equipos pues además tenía una gran capacidad de trabajo, siendo muy aplicado también en labores defensivas.
De hecho cuando era joven cada día tiraba entre 100 y 400 tiros, siempre, algo que también luego haría en Málaga antes de cada entrenamiento.
Empezó a jugar en el colegio con 12 años, después fue a la universidad un año y jugó con un equipo, el Altai. Luego fue al ejército y estuvo en el SKA, el Sportium Klub Army, en Ekaterimburgo y después algunos partidos con el CSKA en Moscú. En Ekaterimburgo ya empezó a ir con la selección sub 20 de Rusia. Terminó sus tres años en el ejército, jugando en el Lokomotiv Novosibirsk, allí jugaría unas temporadas a un gran nivel, llamando la atención del TVG Trier de la liga alemana, donde jugaría un par de temporadas.
La última temporada en el equipo ruso antes de coger las maletas para irse a jugar a Alemania era muy normal verlo cada partido por encima de los 30-35 puntos.
Son dos años donde muestra todo su potencial, siendo el máximo anotador del equipo, siendo incluso la última temporada el máximo anotador de la competición con algo más de 24 puntos por partido.
Además consigue asentarse y ser un fijo en la selección rusa, donde empieza a coger galones e importantes responsabilidades, alcanzando uno de sus momentos más brillantes en el europeo de 1993, donde perderían la final contra la Alemania de Pesic, promediando 17 puntos, una pena que su gran actuación en la final, con 24 puntos no sirviesen para llevarse el oro.
En 1994, en el Mundial celebrado en Cánada logró colgarse también la plata, aunque con sabor a oro, pues perdían la final contra los todopoderosos EEUU, firmando en la final 22 puntos.
Contaba con 27 años, estaba en su mejor momento deportivo y personal, la liga alemana se le quedaba pequeña, llamando la atención de Javier Imbroda, quien no dudó en reclutarlo para su Unicaja de Málaga, un fichaje que a muchos les sorprendió, y con el que el entrenador de Melilla quería asaltar el trono de los grandes, y casi que lo consiguió, un triple se lo impidió.
Como curiosidad comentaros que a la finalización de su primera temporada en Alemania tuvo una oferta del FC Barcelona, la cual rechazó por tener contrato vigente con el club alemán, llegando finalmente al conjunto blaugrana Corey Crowder.
Babkov conocía un poco de Málaga por Tikhonenko, quien fue el que le puso un poco al caso del club y de la ciudad.
Imbroda lo veía como su prolongación en la cancha, era un líder, un jugador acostumbrado a las grandes citas, a jugarse las última pelota si hiciese falta, no le temblaba el pulso, contagiaba energía, arrastraba a sus compañeros, tirando de ellos en los momentos difíciles.
Pronto se empezó a ganar el cariño de la afición y de sus compañeros, demostrando ya desde el primer partido ante que clase de jugador estábamos, la temporada de su estreno contribuyó con 16, 5 puntos a casi lograr la hazaña de conquistar esa liga, que se escapó por algo menos de 7 metros.
Pero más allá de los puntos, lo importante fue que cuando llegaron los partidos clave siempre estuvo ahí, era de los jugadores que cuanto más difícil fuese el partido más se crecía, de hecho se le había fichado para ello, pues el equipo tenía una media de edad bastante baja y sin apenas experiencia.
Y así partido a partido, se plantaron en la final de la ACB, contra el FC Barcelona, donde muchos ya os sabéis la historia, una triste historia para la afición malagueña, quien tuvo en el cuarto partido una pelota para ganar por primera vez en su historia la competición, muchos como dije más arriba aún pensáis que era bola para el rudo, pero seguro que si Ansley la hubiese enchufado ahora nadie pensaría en ello.
La siguiente temporada siguió a lo suyo, una pena que por el tema de la limitación de extracomunitarios no pudiese jugar la competición europea, en liga firmaría 15 tantos por encuentro, además de su siempre contribución defensiva, no pudieron repetir final, un TDK liderado por Chici Creus los eliminaba en los cuartos de final.
La tercera temporada en Málaga tuvo que asumir más responsabilidades ofensivas tras la marcha de Michael Ansley, llegando en su lugar Deon Thomas, un tipo de perfil diferente y que no acabó de cuajar.
Registró su mejor marca en la ACB, con una media de casi 18 puntos, consagrándose como uno de los ídolos de la afición, uno de los jugadores que contribuyó con su juego y carácter a cambiar la mentalidad del club.
Al menos pudo sacarse el maltrago con el bronce que conseguía con su selección en el europeo de 1997, tras imponerse a la selección griega, en un torneo celebrado en Barcelona, Badalona y Girona.
La siguiente temporada volvería a mostrar todo su talento, así como gran fiabilidad, con actuaciones sobresalientes, asumiendo una vez más el juego ofensivo del equipo, firmando algo más de 17 tantos por partido.
El liga caerían en cuartos de final contra el Baskonia, estamos en aquella liga ganada por el TDK Manresa.
Otra vez a resarcirse con su selección, ahora en el mundial celebrado en Grecia, eliminado a EEUU en las semis, con 30 puntos de nuestro protagonista.
Pero en la final, otra vez, derrota agónica, por la mínima ahora ante la Yugoslavia de Djordjevic y Bodiroga.
La siguiente temporada(1998-99) sería la última en el conjunto malagueño, fue un año un poco convulso, pero el ruso siguió a un alto nivel, siendo el máximo anotador del equipo, promediando 17,6 puntos, pero con amargo sabor de no poder llevar a su equipo a la disputa de los PO por el título.
Emprendería su última aventura en la ACB, con 32 años llegaba a Badalona para ser la referencia ofensiva y guiar a un grupo de jóvenes jugadores, pero no pudo ser, las lesiones le impidieron hacer gala de esa regularidad mostrada en Málaga, acabando la temporada con una media de poco más de 12 puntos.
Se cerraba de esta manera su etapa en nuestra liga, donde disputaría 6 temporadas, para un total de 215 partidos, con un promedio de 16,4 puntos y un % cercano al 40% en t3 (38,7%).
Volvería a su país, para jugar una última temporada en el Novosibirsk, donde con 34 años pondría punto y final a una gran trayectoria deportiva, dejando un muy buen recuerdo allá por donde paso, sobre todo en Málaga, de hecho creo que much@s cuando consiguieron la liga de 2006 se habrán acordado de Serguei, quien puso su granito de arena a hacer al club más competitivo y cambiarle la mentalidad.
Siguió vinculado al mundo del basket, ejerciendo como entrenador en Novosibirsk y también en selección rusa durante dos temporadas.
Actualmente es el director general Spartak de Novosibirsk.
Se le suele vez en cuando por Málaga,la última el pasado octubre, incluso parece que se había comprado una casa para escaparse de vez en cuando del frío ruso, y que recordaba su etapa en el club como la mejor de su vida, dejando una gran huella en los corazones de la afición, que jamás podrá olvidarse de él, como en sus compañeros, caso de Curro Ávalos quien lo describía de la siguiente manera en un artículo recogido en la revista de la Peña Tito Paco, y que llevaba el nombre de a mi viejo camarada:
“Han pasado muchos años, pero en mi mente lo mantengo vivo. Por entonces yo contaba con 21 años recién cumplidos y él, con aquella cara de despistado y esa pose de turista perdido, no era, que digamos, el mejor ejemplo de jugador líder cuando le vi entrar por primera vez en Los Guindos. Introvertido y trabajador, poco a poco nos fue conquistando a todos. Su idioma fue la constancia y el placer por el trabajo. Su lema, entrenar, entrenar y entrenar.
¡Hola! Soy Roberto González Rico. Psicólogo Organizacional, Profesional de RRHH, Psicología Deportiva y Coaching. Redactor Deportivo, especializado en 🏀 baloncesto.
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