El diván del deportista. Por Manu Redonda. 14/03/2017 @ManuRedonda Cada domingo de carrera, una vez cruzada la meta, ya duchado y listo para repo
El diván del deportista.
Por Manu Redonda. 14/03/2017
Cada domingo de carrera, una vez cruzada la meta, ya duchado y listo para reponer fuerzas tengo la sana costumbre de llamar a mi madre para que no esté preocupada por ese hijo que no tiene mejor cosa que hacer con 42 años que correr por los montes de nuestra geografía para cualquier día matarme como ella me dice todos los días. Ya sabemos que las madres se preocupan por nosotros de manera exagerada, pero aún así y sabiendo que sigo con los huesos en su sitio, siempre me hace la misma pregunta: ¿De qué quedaste?.
En ese momento se hace el silencio, unos segundos donde no sé si decirle mi puesto sin más, que sería como hablarle de la factura de la luz o decirle el puesto y explicarle el número total de participantes, el puesto por categoría, la dureza de la carrera y lo que yo entreno para hacer lo que hago, pero mi respuesta siempre termina siendo la misma, !!”de los últimos mamá!!”.
Tampoco es que sea una gran mentira, pero mi respuesta busca la segunda pregunta obligada: Entonces ¿para qué vas?, y ahí no hay segundos de silencio ni de dudas, la respuesta es muy fácil, porque disfruto como el primero. Y quizás esa sea la clave de este deporte, no conozco ninguna otra disciplina donde un participante que entre en meta en el puesto 190 de 200, lo haga con los brazos en alto y con la sensación de haber ganado su propia carrera.
Los incrédulos se preguntarán que nos motiva a seguir corriendo sin más opciones que aspirar a ir bajando nuestras propias marcas pero siempre lejos de las victorias o de algún trofeo menor y no les falta razón, pero realmente no saben lo que supone correr.
Dentro de cada corredor hay una historia, algunas de una superación increíble, otras de luchas contra uno mismo por superarse día a día sin más ayudas que las de sus piernas cansadas de pelear en sus trabajos y en sus casas e incluso historias de solidaridad, esos corredores que hacen kilómetros solo por el hecho de ayudar en causas benéficas, corredores que empiezan en esto por colaborar de alguna manera pero que terminan apretando los dientes y buscando más y más carreras para superarse ellos también, por eso a estos últimos yo les llamo los corredores luchadores solidarios, de los que yo llame siento partícipe.
Por eso todos tenemos nuestros retos y nuestros objetivos, unos más ambiciosos que otros, pero todos nos sentimos vencedores de nuestros retos. Existen pocos deportes tan exigentes y a la vez tan agradecido, las carreras donde más sufrimos, donde el monte pica para arriba y esa subida parece no tener fin, donde los gemelos se nos ponen duros como las piedras que vamos dejando a nuestro lado, donde después de una subida infernal viene una bajada terrible, esas carreras son las que más disfrutamos cuando cruzamos la línea de meta.
No sabemos que es lo que tiene este deporte que nos engancha de esta manera, pero los que disfrutamos sufriendo lo seguiremos haciendo hasta que seamos nosotros los que le preguntemos a nuestros hijos o nietos si no tienen nada mejor que hacer que bajar como locos por los montes abajo.
Psicólogo Organizacional / Consultor Senior de RRHH especialista en Selección, Formación y Desarrollo de personal.
Inquieto, polivalente, curioso, me gusta aprender de todo y de tod@s, y con buena cara y una gran ilusión, actuando siempre desde la máxima responsabilidad y profesionalidad.
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